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Coordenadas Políticas – Macario Lozano – Cacicazgos Universitarios y Raúl Padilla

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COORDENADAS POLÍTICAS

MACARIO LOZANO R.

RAÚL PADILLLA, CACICAZGOS UNIVERSITARIOS

COMO EL DE ÉL NO DEBEN EXITIR MÁS EN EL PAÍS

Raúl Padilla López, exrector de la Universidad de Guadalajara (U de G), por razones desconocidas se quitó la vida en su domicilio de esa capital jalisciense. Su caso llamó la atención por dos situaciones: su papel protagónico como responsable de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), uno de los eventos culturales más importantes del país, con prestigio internacional.

Esas funciones le ganaron fama y le permitió establecer relaciones con personas reconocidos del quehacer cultural y creación estética de muchos países del mundo, a quienes invitaba y financiaba viajes a México, para dictar conferencias en la FIL. En las últimas ediciones los invitados eran esritores, poetas e intelectuales de derecha, como el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa y los mexicanos Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze. Excluían o rataban fríamente a creadores de estétia no derechistas.

Raúl Padilla López aprovechó su visibilidad para fortalecerse políticamente, y apoyar candidatos a cargos diversos de elección popular, incluidos los postulados para gobernador de Jalisco. Después era recompensado con respaldos para sus proyectos culturales y para mantener un férreo cacicazgo en la U de G, que contrariamente a lo que se piensa, es pública, mientras que la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAdG) es privada.

Padilla López ponía y manejaba como empleados a los rectores y mantenía un control indiscutido del aparato burocrático y académico de la Universidad de Guadalajara, y su influencia y capacidad para movilizar a los sectores universitarios era tanta que los gobernantes le temían y aceptaban apoyarlo presupuestalmente.

Sus incondicionales manejaban el presupuesto de la U de G, el segundo más alto entre las universidades públicas del país, lo que le permitió enriquecerse y manejar a la institución como si fuera de su propiedad, según denuncia pública del gobernador Enrique Alfaro, a quien Padilla López Apoyó en su campaña y por razones desconocidas después se distanció y confrontó abiertamente. El mandatario sostiene que el enojo fue porque no quiso darle presupuesto para costosos proyectos de construcción de infraestructura de la U de G.

Inicialmente navegó con etiqueta de hombre de izquierda, pero con el tiempo viró a posiciones conservadoras y d derecha, al grado de haber estado en 2018 en contra de la candidatura presidencial del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador. Sus actividades rebasaron con mucho los límites de la U de G. Su cacicazgo es de los que ya no deben existir en las universidades públicas del país. Fue una especie de Gerardo Sosa Castelán, quien manejaba también a la Universidad Autónoma de Hidalgo como negocio particular e influía en la política de ese estado.

No obstante, por la dimensión de la U de G Padilla López (cuyo padre del mismo nombre también se suicidó) acumuló más poder como casque universitario y político. Fue diputado del PRD, pero su poder no era institucional en una universidad y política jalisciense con larga tradición de cacicazgos, derimidos en forma sangrienta.

En 1975 el principal antecesor de Padilla López en el cacicazgo en la U de G, Carlos Ramírez Ladwig, fue ejecutado en la capital de Jalisco. Era Hijo de un poderoso político jalisciense, Margarito Ramírez, rival político de otro personaje influyente, Guadalupe Zuno, suegro del entonces presidente Luis Echeverría. Su muerte nunca se esclareció. También estuvo el caso del rector Carlos Briseño, impuesto por padilla López, pero que después intentó liberarse de su influencia. Fue destituido por la gente de Padilla López y hostigado, hasta obligarlo a renunciar. Posteriormente se suicidó.

Padilla López dejó cartas para explicar su decisión de quitarse la vida y también dejó instrucciones sobre el destino de su cuantiosa fortuna y sobre la propia U de G, particularmente respecto de las llamadas “empresas universitarias”, que financiaba con fondo de la Universidad, pero de cuyos resultados financieros jamás rindió verdaderas cuentas. Hasta ahora se desconoce el contenido de las cartas.

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