*La primera potencia militar y económica mundial, sin autoridad moral en los temas.
De la redacción
Estados Unidos es el país más contaminante del mundo, medido el problema por habitante: 14.24 tonelada de CO2 en 2021; México, 3.09 toneladas en el mismo lapso. Su democracia, a pesar de su longevidad y de ponerla como ejemplo y tratar de imponerla a otros países, es imperfeta. Un candidato presidencial puede perder la elección, aunque obtenga el 50 por ciento más uno del voto pópular, y ganarla quien consigue un menor porcentaje.
Es, igualmente, el mayor consumidor de drogas y también el más grande “lavador de dinero” ilegal: 350 mil millones de dólares al año proveniente de los adictos, de ese monto sólo 28 mil millones son enviados a países latinoamericanos productores o con rutas de drogas hacía esa rica nación, según un análisis de “El Espectador”.
Dicha suma allá se queda y se “lava” en su sistema financiero, para ingresar al circuito legal del dinero más de 320 mil millones de dólares al año, según diversas fuentes especializadas en el tema, consultadas por este medio informativo.
Estados Unidos no es ejemplo de democracia, ni de cuidado del ambiente, ni de combate al narcotráfico, pues las drogas que ingresan por San Diego, California, llegan hasta Nueva York, ubicada a cerca de 2 mil 250 kilómetros de distancia. Recorren la misma distancia las que entran por Laredo, Texas y se consumen en Chicago, Illinois. Sus sistemas de seguridad pública y sus agencias especializadas en el combate a las drogas, como la DEA, son incapaces de frenar su tráfico en su territorio o de impedir su venta al menudeo en las calles de sus principales urbes, incluyendo las más lejanas de su frontera con México. Se decomisa muy poca.
A pesar de esta realidad, un recuento de “El Espectador” a los intentos injerencistas en los asuntos internos de México, indica que políticos, legisladores y funcionarios estadounidenses acusan a México de ser paraíso de los narcotraficantes y no habla de que al ser los EE. UU. el principal mercado de las drogas, fomenta su producción, pero no reconocen que el verdadero negocio del narcotráfico está en el interior del vecino país. De donde procede igualmente el 80 por ciento de las armas de alto poder que llegan a México, y contribuyen poderosamente a la inseguridad pública, violencia y muerte en nuestro país.
Su democracia imperfecta permitió a Donald Trump ganar la presidencia, a pesar de haber obtenido menos votos populares que su adversaria, la republicana Hillary Clinton. Y así funcionarios estadounidenses se alarman y critican la reforma electoral (suspendida provisionalmente), hacen suyos los argumentos de la ultraderecha mexicana e insisten en que puede afectarse la democracia mexicana, lo cual regocija a la oposición y a los medios informativos.