
*Lo curioso es que la reforma se propuso para aplicarla en el sexenio 2017-2023.
De la redacción
Una norma de gran importancia, como lo es el Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio del Estado de México, fue reformada por la representación popular de la entidad mexiquense con excesiva demora.
Esto a pesar de que regular legalmente las actividades económicas que impactan negativamente el equilibrio ecológico es de relevancia estratégica, como lo comprueba el deterioro ambiental y sus efectos desastrosos en el clima y, particularmente, en la disponibilidad de agua potable para la entidad mexiquense y la Ciudad de México.
Los cambios fueron propuestos por el gobernador de la entidad, Alfredo del Mazo Maza. Lo extraño es que su aprobación ocurrió menos de 180 días de que el mandatario deje el cargo por el fin de su sexenio, según una revisión de “El Espectador” al tema, que adquirió más notoriedad por los problemas del estiaje.
Más inexplicable es lo asentado en las consideraciones preliminares del proyecto de decreto de reforma propuesto por el gobernante. Destacaron se trata de un Ordenamiento a actualizar para ponerlo en sintonía con en el Plan Estatal de Desarrollo 2017-2023, el cual terminará el 15 de septiembre de este año.
La administración estatal saliente no tendrá tiempo para aplicarlo, porque para ello debió presentar su iniciativa en el primero, segundo, tercero o cuarto año del sexenio. Ahora la adecuación mencionada carecerá de sentido y posibilidades reales de ser aplicada en este agonizante sexenio,
Mucho menos podrá arrojar resultados positivo la reforma en cuestión, porque la misma Legislatura Local otorgó a los 125 ayuntamientos un plazo de 24 meses para actualizar o expedir sus programas municipales de ordenamiento ecológico; es decir, hasta finales de marzo de 2025.
Ese período rebasará la gestión de los actuales presidentes municipales, porque el trienio de los actuales cabildos finalizará el 31 de diciembre del 2024, más de año y tres meses después de finalizar el sexenio del gobernador Alfredo del Mazo Maza.
La presentación a destiempo de la actualización del Programa de Ordenamiento Ecológico del Territorio del Estado de México refleja el desinterés del Poder Ejecutivo mexiquense por atender el problema ambiental, que ahora tiene preocupada a la propia Organización de la Naciones Unidas (ONU).
La tala clandestina y autorizada ha sido irracional en el Estado de México, mientras los programas de reforestación tienen escaso éxito cualitativo. Se han plantado ya más de 100 millones de árboles en los últimos 30 años, pero la superficie de vocación forestal recuperada es mínima.
Eso ocasiona las escasas precipitaciones pluviales cada año, la reducción de las aguas superficiales y el abatimiento de los mantos freáticos, con efectos graves en el suministro de agua potable a la población. Y apenas se reformó la citada norma.