*¿Recibió órdenes de ser tranquilo o fue pagada? No se portó rabioso.
De la redacción
A muchos sorprendió el tono en que se dio la entrevista que el 28 de marzo, un día después de la tragedia de los migrantes en un albergue del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, Chihuahua, le hizo Joaquín López-Dóriga al secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
El periodista abandonó su característica rabiosidad cuando comenta notas relacionadas con el gobierno de la cuarta transformación. Planteó preguntas, pero en forma mesurada. Es el más furibundo periodista cuando se trata de opinar sobre el presidente López Obrador; sobre todo, después de que se difundió que cobró 246 millones de pesos a la presidencia de la República en el sexenio de Enrique Peña Nieto; y 200 millones, en el de Felipe Calderón Hinojosa.
Las respuestas del responsable de la política interna del país desmintieron muchas de las mentiras que difunde López-Dóriga en su noticiero de TeleFormula, tanto en lo concerniente al INE, como a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a aspirantes a la candidatura presidencial de Morena y a otros temas.
No le gustaron las contestaciones, porque lo desmentían. Y lo expresaba en su rostro, pero se contuvo. Asumió un comportamiento sereno, cuando es conocida su prepotencia con que actúa cuando se le dice que miente.
En el propio tema de la muerte y heridas de decenas de migrantes fallecidos en Ciudad Juárez, el experimentado reportero estrella que fue de “24 Horas” asumió una actitud tibia, contraria a la del día siguiente frente al mismo tema.
No hay explicación lógica a este comportamiento de López-Dóriga, lo cual ha dado lugar a especulaciones sobre ese cambio de ese día a su forma cotidiana de proceder frente a lo que hace, dice o deja de hacer el gobierno de la cuarta transformación.
Algunos periodistas consultados por “El Espectador” opinaron que el comentarista hizo la entrevista por órdenes de los dueños de la cadena radiofónica y televisiva, con la instrucción de abandonar en la misma su rijosidad, que lo ha convertido en héroe de la oposición de derecha.
Otros consideraron que la entrevista fue cobrada con una alta tarifa, inclusive hubo colegas que se aventuraron a sostener que la cobró por su cuenta; es decir, por conducto de sus empresas.
Eso es lo menos creíble, y tiene más lógica lo de la orden para que hiciera la entrevista y no polemizara con el funcionario, por las conveniencias mercantiles del corporativo empresarial dueño del importante medio informativo.