*Pagó Eruviel con notarías la aprobación de leyes que le dieron impunidad.
De la redacción
La casi certeza absoluta de que ganará la gubernatura, por la amplia ventaja en preferencias electorales que le otorgan todas las encuestas, se está convirtiendo en un problema para la candidata de Morena, Delfina Gómez Álvarez, porque corre el riesgo de que su campaña sea infiltrada por oportunistas, arribistas, corruptos y chambistas, procedentes de otros partidos.
Pero las exigencia de buscar votos le impide desairar tanto a quienes en forma genuina quieren participar en sus tareas proselitistas, como a quienes solo buscan y creen poder cumplir sus ambiciones políticas y económicas por conducto de Morena. Este sería el caso de los hermanos Octavio y Fernando Martínez Vargas, cuadros del PRD, sumados a la campaña de la morenista. Tienen historia no ejemplar como gente de izquierda, especialmente por sus vínculos con Eruviel Ávila.
Apenas dos meses después de que los diputados de sus partidos aprobaron reformas a diversas leyes y al Código Penal del Estado, para crear el Sistema Anticorrupción del Estado de México y Municipios, que le dieron impunidad al gobernador Eruviel Ávila Villegas ante cualquier denuncia de corrupción, éste premió con notarías a familiares cercanos de dirigentes del PAN, PRD y PVEM.
No importó que ni siquiera reunieran los requisitos de la Ley estatal del Notariado, como años de antigüedad en el ejercicio de la abogacía, ni la edad de 28 años, ni los 5 de vivir en suelo mexiquense, o el año de servicio en una notaría, ni haber tomado el curso para aspirantes a notarios: se trataba del clásico de “amor con amor se paga”.
Así, dos meses antes de que Ávila Villegas dejara la gubernatura, se convirtieron en notarios o notarias una hija del cuadro panista Francisco Gárate Chapa; la esposa de Ulises Ramírez, otro directivo del PAN; un exdiputado local y exdirigente estatal del PVEM, hermano del en ese tiempo coordinador de los legisladores locales de ese partido, Francisco Abundis Arias; y un hermano del secretario electoral del CEN del PRD, Octavio Martínez Vargas.
Éste último y su hermano y regidor perredista de Ecatepec, Fernando Martínez Vargas, abandonaron recientemente al partido del sol azteca y se incorporaron a la campaña de la candidata a gobernadora de Morena, Delfina Gómez Álvarez.
Políticos de Ecatepec, en el caso de Octavio Martínez Vargas, consejero nacional perredista, estuvo muy cerca y fue beneficiado por su paisano y gobernador de entonces, Eruviel Ávila Villegas, considerado el peor mandatario mexiquense en al menos los últimos70 años.
La dirigencia estatal de Morena fue descuidada desde 2018. Y le abrió las puertas de par en par a panistas de derecha y ultraderecha, enemigos ideológicos y críticos severos del entonces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador. Se infiltraron, gobernaron mal y desprestigiaron a ese partido, particularmente Juan Rodolfo Sánchez Gómez. Los más lúcidos morenistas de siempre sostienen que no hicieron administraciones desastrosas por ineptos e ineptas, sino para dañar la imagen del morenismo. Y todavía la misma dirigencia los postuló para reelegirse y perdieron. Morena también perdió la mayoría legislativa, otra vez con “caballos de Troya”. (Continuará)
