*La ultraderecha y los adversarios de la 4T buscan su renuncia.
De la redacción
La ultraderecha empresarial, sus brazos electorales (los partidos de la alianza “Va por México”) y su poder fáctico mediático y los periodistas a su servicio iniciaron una nueva campaña de desprestigio en contra de la ministra Yasmín Esquivel Mossa, para hacerla renunciar a su cargo en el máximo tribunal constitucional del país y cabeza del Poder Judicial Federal.
En diciembre la ministra fue víctima de ataques mediáticos todos los días y a todas horas. La intención fue anularla como aspirante a la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), en lugar del ministro Arturo Zaldívar Lelo de la Rea. No la querían como su relevo y para ello se valieron de un presunto plagio de tesis que habría ocurrido hace más de 30 años.
No importó que el supuesto plagiado rindiera testimonio notarial en el sentido de que para su tesis tomó datos producto de la investigación de Esquivel Mossa, quien preparaba su tesis. El supuesto afectado presentó primero su tesis, con el material plagiado. Después lo hizo la ahora ministra, y de eso se valen para la campaña, en la cual participa también funcionarios de la UNAM y constitucionalistas.
Extraña que desde diciembre y ahora todos lo que participan en la campaña de difamación, incluyendo a los constitucionalistas, violen el derecho constitucional de la ministra a la presunción de inocencia, y convertidos en ministerios públicos y jueces ya la condenaron y dan como cometido el plagio.
Hay quienes le exigen que renuncie al cargo, que en realidad es el objetivo, porque la ministra fue propuesta y coincide en su percepción de los problemas del país y solución con la visión del presidente Andrés Manuel López Obrador. La ultraderecha empresarial y los adversarios de la cuarta transformación desean tener una mayoría calificada de ministros, para garantizar la defensa de sus intereses en el tribunal constitucional, pues los asuntos relevantes que han ganado han sido por el minimo de votos necesarios, y Esquivel Mossa siempre apoya y argumenta con fundamento los temas a discusión. Por eso la atacan y porque saben que al difamarla afectan al mandatario.
Ni por equivocación se les ocurre utilizar el prefijo de “presunta culpable”. La presentan como plagiaria, en violación abierta a su garantía constitucional de presunción de inocencia. Aun los constitucionalistas incurren en la misma violación de ese derecho constitucional de la ministra, porque no se trata de buscar justicia, sino de desprestigiarla.
