*Hambre, pobreza y desempleo lograrían el objetivo, se infiere del análisis del Fondo.
Gabriel L. Villalta
Funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmaron que, para enfrentar a la inflación, es necesario aplicar políticas que ayuden a desacelerar el consumo interno. Para Gustavo Adler y Nigel Chalk, directivos del FMI, las presiones inflacionarias que acompañaron la reactivación económica de América Latina en 2022 podrían haber llegado a su máximo y comenzarían a disminuir; sin embargo, estiman, “la inflación permanecerá elevada, afectando desproporcionadamente a los hogares más pobres, aquellos que gastan la mayor parte de sus ingresos en alimentos”.
Por esto, recomendaron combinar la política monetaria, a cargo del Banco de México en nuestro país, con la política fiscal, responsabilidad de Hacienda, para reducir la presión generada por la demanda o consumo. De acuerdo con Adler y Chalk, el mercado laboral en la región es fuerte, con un nivel superior al nivel previo a la pandemia, mientras la producción se encuentra en su potencial o por arriba de éste; por ello para disminuir la inflación se tiene que “debilitar” o “restringir” la demanda, lo cual “inevitablemente implica enfriar el mercado laboral”.
Añadieron que el incremento en las tasas de interés impulsado por los bancos centrales ha servido de freno para la actividad económica. Incluso los problemas sufridos por bancos, como el Silicon Valley Bank (SVB) y el Credit Suisse, han contribuido con este objetivo.
Pero el margen para seguir elevando las tasas de interés es reducido, por ello sugirieron aplicar medidas “fiscales” que reduzcan la demanda o consumo, como aumentar impuestos. Según el FMI, apoyarse en la política fiscal “hace sentido”, si las políticas son bien diseñadas.