*La pérdida de la poca militancia que tenía debilitará su posición en “VXEM”.
De la redacción
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) quedó convertido en un “cascarón”. Fue abandonado por un alcalde, exalcaldes, regidores, ex regidores, dirigentes, ex dirigentes, cuadros y militantes de varios municipios del sur, que fue su primer bastión en suelo mexiquense. Hicieron lo mismo miembros de cabildo y ex miembros de cabildos de otras regiones del Estado, pero allá no tenía arraigo como en la región de Tierra Caliente.
Además, quienes dejaron sus filas se incorporaron a la campaña electoral de Delfina Gómez Álvarez, mientras la cúpula directiva estatal perredista respalda a Alejandra del Moral Vela, lo cual debilitará la posición de su directiva al interior de la alianza “Va por el Estado de México”, porque electoralmente representan casi nada.
De acuerdo con una revisión de “El Espectador”, en el 2021, con todo y el apoyo del PRI y del PAN, el partido del sol azteca perdió otro bastión importante: Nezahualcóyotl, el segundo municipio de mayor peso demográfico del Estado de México, en donde su candidato quedó en tercer lugar.
De la misma forma, de nada le valieron los sufragios de sus aliados, pues fue derrotado por Morena en la elección de ayuntamiento de Tultepec, otro municipio altamente poblado, por lo que su situación ya estaba complicada y ahora queda convertido en un cascarón y simple membrete de partido.
Sus dirigencias nacional y estatal fueron muy eficaces para destruir a ese partido que en la elección presidencial del 2006 sólo pudo ser derrotado por el PAN mediante un gran fraude, la intervención ilegal del presidente Vicente Fox Quesada en el proceso electoral, como el mismo lo confesó; y la intervención igualmente al margen de la ley de la ultraderecha empresarial, que pagó propaganda mediática contra el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el Estado de México se colocó como la segunda fuerza electoral, pero el abandono y traición a sus principios y su alianza con sus antes adversarios ideológicos, le costaron perder apoyo electoral y quedar convertido en una organización política irrelevante.
Para las elecciones legislativas federales del 2021 sus aliados de la coalición “Va por México” le permitieron postular candidatos uninominales a diputados federales en 70 distritos, y ni así pudo ganar siquiera una curul de mayoría.
Cristian Campuzano, su anterior dirigente estatal, que se incorporó a Morena y a la campaña de Delfina Gómez Álvarez, denunció que su ex partido fue fundado para combatir al PRI y al PAN, a quienes ahora apoya desde su condición de partido minúsculo.