De la redacción
Puede que se trate de “juego sucio” al interior de Morena, pero el intelectual John M. Ackerman es señalado por cuadros de ese partido como agente del capitalismo mundial disfrazado de izquierdista radical, con la misión de dividir a la izquierda y, específicamente, al partido en el poder en México, del cual forma parte.
A Ackerman le atribuyen las “filtraciones” de denuncias penales contra presuntos actos de violación perpetrados por el senador y en ese tiempo aspirante, luego precandidato y finalmente candidato a gobernador de Guerrero, Félix Salgado Macedonio. El objetivo era cancelarle el registro, para lo cual se coludió con quien había sido fiscal general de Justicia Guerrerense, quien difundió copias de las carpetas de investigación de las supuestas violaciones.
Ackerman y su esposa -Eréndira Sandoval- fueron señalados entonces por cuadros nacionales morenistas de buscar desplazar al senador Salgado Macedonio para que la candidatura quedara en manos de Amilcar Sandoval, hermano de la entonces secretaria de la Función Pública, pero otros militantes de Morena siguen insistiendo en que se trató de una maniobra del intelectual para evitar que Morena ganara la gubernatura guerrerense. Por ese problema interno generado, Eréndira Sandoval dejó el gabinete presidencial.
Estos señalamientos resurgieron ahora que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declaró válida la prolongación de Mario Delgado y Citlali Hernández en el mando de Morena, la cual fue cuestionada y atacada ante esa autoridad jurisdiccional en materia de elecciones, precisamente, por John Ackerman.
De haber prosperado su recurso, habría colocado a Morena en un grave problema de operación como partido, porque le sería necesario designar nueva dirigencia a pocos meses de que inicie oficialmente el proceso para elegir presidente de la República, 500 diputados federales, 168 senadores, nueve titulares de poderes ejecutivos estatales, 30 legislaturas locales y centenares de ayuntamientos.
En esos problemas pretendía meter John Ackerman a Morena, y ya había logrado que una magistrada del TEPJF, encargada de estudiar la denuncia, elaborara un proyecto en el cual la daba la razón al académico y radical de izquierda, pero la mayoría de los magistrados de la Sala Superior del Tribunal desechó la propuesta y convalidó la prórroga del plazo de la actual dirigencia nacional morenista; no obstante, eso y lo de Guerrero fortalecen la sospecha sobre el verdadero papel y objetivos de Ackerman al interior de Morena.