*La OMS y los EE. UU. ya han declarado el fin de la emergencia sanitaria.
De la redacción
México se prepara a declarar el fin de la pandemia de Covid-19, después de que ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo hiciera. El máximo organismo de salud en el mundo, dependiente de la ONU, aclaró que se llegó al fin de la emergencia sanitaria, pero no de la presencia del virus, que permanecerá, como otros virus endémicos.
Del 30 de enero del 2020, cuando se declaró la emergencia en México y se redujeron todas las actividades, con excepción de la esenciales, cera de 334 mil personas fallecieron en el país por la pandemia, que obligó a reconvertir hospitales para hacer frente a la demanda de camas especiales para enfermos de Covid-19 y camas con ventiladores para pacientes críticos.
Aun cuando las cifras exactas de contagios y defunciones por la pandemia en el mundo no se conocerán, porque hubo subregistros y también cálculos exagerados -como en nuestro país, donde hay quienes sostienen que las muertes por esta causa superan los 700 mil-, las cifras oficiales de la OMS indican que los fallecimientos se aproximan a 7 millones y los contagios, a 680 millones, con Estados Unidos a la cabeza tanto en enfermos como en muertos.
Los daños económicos también fueron enormes en el mundo, con severa caída del producto interno bruto (PIB) a escala planetaria y por países, en una crisis no vista desde la Gran Depresión de Estados Unidos, es decir, en cerca de 90 años.
La pandemia de COvid-19 evidenció también las limitaciones y deficiencias del sistema de salud de los países de desarrollo medio y bajo, además del desconocimiento de las características del virus, que dificultó encontrar una vacuna. Y aun cuando se consiguió en tiempo récord, hubo acaparamiento de los países ricos, además de la mezquindad de las grandes farmacéuticas que se negaron a liberar las patentes de los antídotos, lo que dificultó la producción en laboratorios de las naciones pobres.
La dimensión del sesastre de la pandemia de Cvid-19 nunca se conocerá, porque hay aspectos no medibles matemáticamente, como el sufrimiento de las familias que perdieron integrantes, los problemas de las mujeres viudasd, los niños huérfanos; sobre todo, cuando quienes fallecieron eran la única fuente de ingresos de los hogares.
También está el problema del 10 por ciento de los contagiados que sobrevivieron, pero quedaron con secuelas, algunas graves. Y son cerca de 70 millones de víctimas, de las cuales un porcentaje importante quedó con grados de discapacidad que les impiden laborar normalmente, de acuerdo con información de la propia OMS.