*Por defender una ventaja de dos goles, el técnico Veijko hizo cambios equivocados.
De la redacción
En un partido digno de una final del torneo del fútbol mexicano, contrario al de ida, que pareció de coleros, Tigres remontó en casa del rival un marcador de 2 goles, para imponerse en tiempos extras a Chivas de Guadalajara por marcador de 3 a 2, y de paso, eliminar al cuarto calificado directo a la liguilla, pues antes quedaron fuera los tres primeros: Rayados de Monterrey, América y Toluca.
Los jugadores pusieron vehemencia y enjundia en la disputa del balón, con un desempeño acorde con la condición de finalistas. Abandonaron el conformismo y la mediocridad del partido de ida y brindaron emociones a los aficionados que estaban en las tribunas y a los millones que seguían la final por televisión. Hubo de todo, al grado de que cuando faltaban 10 minutos para terminar los tiempos extra, cayó el gol del triunfo, por conducto de Guido Pizarro. Y fueron expulsados Córdova, por Tigres, y Sepúlveda, por Chivas.
El encuentro fue intenso, con buenas jugadas por parte de los dos equipos, y el de casa mostró contundencia en los primeros 20 minutos de juego, con buenos goles de Norberto “Piojo” Alvarado, a los 11 minutos y de Víctor “Pocho” Guzmán, a los 20, para enloquecer a la afición tapatía, quien daba por hecho la coronación del popular club; sobre todo, porque dominaba el partido y generaba más oportunidad de gol que la contraparte. Creían tener ya la corona número 13 de su historia.
Cuando mejor jugaban las Chivas, el técnico calculó mal su estrategia y decidió jugar a conservar la ventaja. Hizo cambios que no funcionaron; sobre todo, sacó al atacante y su mejor jugador Alexis Vega, para reforzar la defensa, pero los relevos perjudicaron a “Chivas”: perdió el dominio del encuentro, en tanto que Dante Siboldi modificó la alineación de su equipo para darle contundencia.
Logró lo que quería, porque la presión en el área del Guadalajara provocó que “El pollo” Briceño, de brillante desempeño en la liguilla”, cometiera una mano en el área. Fue penal claro, que André-Pierre Guignac convirtió en gol con un potente disparo con la derecha al minuto 65. Y apenas 6 minutos después, Sebastián Córdova, anotó el gol del empate, y el ya referido tanto de Pizarro.
El ánimo de los seguidores de Chivas se vino al suelo, porque soñaron con título y lo consideraban en la mano cuando llevaban dos goles de ventaja, el equipo estaba jugando bien y en la casa del antes llamado “Rebaño” sagrado. El partido no decepcionó, y así concluyó el torneo, con los finalistas que tuvieron malos momentos en la fase regular de la competencia y no se creía que alguno fuera campeón.
