*Como son sólo dos candidatas y ambas ofrecen continuarlos, así será.
De la redacción
Los programas sociales, especialmente la entrega de dinero a las familias, no corren riesgos de desaparecer en el próximo sexenio. Seguirán, de acuerdo con el ofrecimiento de las dos candidatas a gobernadoras.
Como sólo hay dos candidatas, gane quien gane la gubernatura, una mujer será titular del Poder Ejecutivo del Estado de México por primera vez en la historia, que con una clase política priista machista, sólo registra puros gobernadores.
En estas condiciones, y como tanto Delfina Gómez Álvarez como Alejandra del Moral Vela han asumido el compromiso de fortalecer y ampliar los programas sociales en suelo mexiquense, no hay riesgo de que estos apoyos a los grupos de familia vulnerables desaparezcan. De esta forma, los programas sociales tienen asegurada su permanencia.
Además, ambas están familiarizadas con la atención a la población vulnerable en suelo mexiquense, porque se encargaron de implementar los programas sociales o de darle seguimiento y supervisión. La candidata del PRI a la gubernatura, Alejandra del Moral Vela, tuvo a su cargo la ejecución de los programas sociales, de los cuales el insignia es el “Salario Rosa”. Los tuvo a su cargo cuando fue la titular de la Secretaría de Desarrollo Social del Estado de México, cargo que dejó para ser postulada para la gubernatura.
Por su parte, la morenista Delfina Gómez Álvarez, abanderada de la alianza “Juntos haremos historia en el Estado de México”, se encargó de los programas federales en el territorio estatal, incluyendo los programas sociales.
Las dos candidatas adversarias electorales públicamente se comprometieron a fortalecer y ampliar los programas sociales, y en el caso de la senadora con licencia adelantó que esos programas no podrán ser condicionados con fines políticos.
No obstante, llama la atención de que ninguna de las dos candidatas, una de las cuales inevitablemente será gobernadora a partir del 16 de septiembre, se ha comprometido a elevar los programas sociales a rango constitucional, como ocurrió en el gobierno federal.
Incorporarlos en forma permanente a la Máxima Norma estatal se garantizaría no sólo su permanencia, sino también los fondos públicos indispensables para financiarlos, sin necesidad de gestionar cada año presupuesto para dichos programas.