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Coordenadas Políticas – Macario Lozano – Cuidar la Naturaleza: Obligación de Todos

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COORDENADAS POLÍTICAS

MACARIO LOZANO R.

CUIDAR LA NATURALEZA, OBLIGACIÓN DE TODOS,

PERO MÁS DE LOS QUE LA HAN DAÑADO MÁS

La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) arrancó su campaña de reforestación en sus instalaciones de Toluca y de los diferentes campus. La meta es plantar 40 mil árboles y plantas de ornato, en acciones claramente positivas para la naturaleza, cuyos efectos rebasarán con mucho los límites geográficos de los predios universitarios.

Cada año la comunidad universitaria despliega esfuerzos en tareas de reforestación, pero ahora adquieren especial importancia por tener como marco el calor extremo, producto del cambio climático global, el que a su vez, es ocasionado por una población mundial de miles de millones de personas, que tan solo entre las de China y la India se aproxima a las tres mil millones. A esta realidad se agrega la del acelerado aumento de la capacidad depredadora promedio de quienes habitamos el planeta, comparada con la que tenían los y las pobladoras de la tierra hace 200 años: somos más y más destructores de recursos naturales.

El término “cambio climático” es más popular que conocido en su verdadera dimensión y mucho menos hay información suficiente a la población sobre sus causas y efectos. Menos se sabe que desde millones de años antes de la aparición de personas en la tierra ocurrieron cambios climáticos, desastrosos, pero sus daños no afectaron al ser humano, porque no existía, y fueron productos de modificaciones naturales del clima, a diferencia de ahora que la población es de miles de millones de personas y el cambio climático es producto de la acción de los y las habitantes del planeta.

Todos hemos contribuido, a escala, al deterioro de la naturaleza, pero los verdaderos culpables a la quinta potencia son los dueños de las grandes corporaciones privadas industriales y su vertiente fabril, el comercio, las actividades mineras y petroleras, los servicios, el uso de agroquímicos en la producción agropecuaria y la ausencia de tratamiento de aguas residuales de empresas y domésticas, que se vierten en cuerpos de agua y penetran a las aguas subterráneas.

Lo son igualmente los que depredan la riqueza forestal, derribando árboles en forma irracional para el aprovechamiento en la industria de la madera o con el cambio de uso de suelo para construir fraccionamientos para familias de altos ingresos. Todos anteponen el lucro desmedido, la voracidad por las ganancias a la conveniencia de mantener las condiciones ambientales indispensables para la vida humana.

La necesidad de que todos contribuyamos a nuestra escala a frenar y revertir el cambio climático es evidente, pero los primeros obligados a destinar cuantiosos recursos económicos, materiales, humanos y tecnológicos son los que dañaron a la naturaleza, especialmente los conglomerados empresariales de las grandes potencias, comenzando por Estados Unidos y China, más las otras naciones industrializadas, porque tampoco todos los países han contaminado al planeta en la misma magnitud.

Desde esta perspectiva, el esfuerzo de una institución de alta cultura, como la UAEMéx, destinado a mejorar las condiciones ambientales en sus campus, es plausible, pero también pone de manifiesto la conveniencia de que cada habitante del planeta haga su parte en los esfuerzos generales para frenar y revertir el cambio climático, desde sus raíces y sin demagogia, ni hipocresía. Sólo así dejarán de presentarse altas temperaturas, se reducirá la disponibilidad del agua y dejará de contaminarse a la tierra, el aire y el agua.

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