COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R
LUCHA POR LA GUBERNATURA, INSERTA EN LA
GENERAL POR EL PAÍS; ÉSTA, EN LA DEL MUNDO
El proceso para elegir gobernadora, cuya parte más importante fue la jornada de votación del 4 de este mes, entró en su fase contenciosa, ante las autoridades jurisdiccionales federal y estatal en materia de elecciones, por numerosos recursos interpuestos por las coaliciones contra presuntas irregularidades. Es previsible la ratificación del triunfo morenista, porque ya no se presentaron impugnaciones por los cómputos distritales.
La contienda por la gubernatura mexiquense despertó mucho interés estatal, nacional e internacional, porque involucró condiciones que escaparon al análisis del común de los electores, inclusive su verdadero alcance no fue cabalmente entendido por muchos de los presuntos expertos en el tema.
Se examinó su relevancia a partir del peso demográfico y de la lista nominal de votantes de la entidad, inclusive por la singularidad de que inevitablemente una mujer será gobernadora del Estado, por la posibilidad de un Poder Ejecutivo compartido por los partidos de la alianza “Va por el Estado de México” y por la errónea creencia de que se trató de una lucha de Morena contra el “Grupo Atlacomulco”, cuando el proceso estuvo inserto en la general que se da entre Morena y sus aliados, por una parte, y el PRI y sus coaligados, por la otra, por el modelo de país que debe prevalecer, y los intereses económicos, políticos y sociales que deben privilegiarse desde el ejercicio del poder federal.
Esa férrea, aunque civilizada lucha de alcance nacional, a su vez, tiene como marco la disputa por el nuevo reparto de zonas de influencia de las grandes potencias en el planeta, entre los Estados Unidos y sus subordinados europeos, y Rusia y su cercanía con el gigante chino, éste último el verdadero objetivo de la primera potencia militar, que está siendo desplazada del mercado mundial a ritmo acelerado y no encuentra la forma de frenar y revertir la expansión comercial de China, inclusive en el propio territorio estadounidense, por lo cual no busca el fin de la guerra en Ucrania, sino mantenerla.
El análisis olvidó que fue la ultraderecha empresarial del país, vinculada al capital mundial y especialmente a su depredadora vertiente financiera, la protagonista invisible en el proceso electoral mexiquense. En esta pugna, los sectores “duros” del gobierno y del poder fáctico económico del vecino país están convencidos e irresponsablemente consideran que sólo mediante una guerra y derrota militar de China podrán restaurar su hegemonía económica y militar, para lo cual necesitan anular a Rusia en Ucrania y restaurar su dominio en América Latina.
En estos escenarios nacional y mundial se ubicó la lucha por la gubernatura del Estado de mayor peso demográfico del país, lo cual no fue percibido y menos analizado a fondo durante el proceso electoral. Aun así, se insistió en que si ganaba Delfina Gómez Álvarez el derrotado sería el “Grupo Atlacomulco”, cuando lo que estuvo en juego fue el avance o freno de los objetivos de la cuarta transformación y el modelo de país que impulsa el capital global y su franja más agresiva y causante del abatimiento de los niveles de bienestar de las mayoría en el mundo: el capital financiero global, incluida la ultraderecha empresarial mexicana.