*Ejecuta el IMSS-Bienestar programa de rehabilitación de estos equipos.
De la redacción
Mientras la población abierta, la que no está protegida por ningún régimen de seguridad social, padecía por no poder atenderse enfermedades graves que requerían de cirugía, centenares de quirófanos permanecían sin uso y deteriorándose.
Los equipos que estaban en buenas condiciones generales, adicionalmente se utilizaban poco en los hospitales del sector público atendido por los sistemas de salud estatales, pero financiados con fondos federales.
Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), destacó que había equipo para practicar operaciones quirúrgicas que llevaban varios años sin ponerse a funcionario.
El caso extremo era uno ubicado en un hospital de Nayarit, que dejó de usarse hace 14 años y otro más en un hospital de San Marcos, Guerrero, que llevaba 10 años parado; es decir, no se utilizaban, aunque existiera necesidad de hacerlo.
La población requería atenderse su salud mediante cirugías, pero no se atendían y los quirófanos no se aprovechaban, recalcó el director general del IMSS y responsabilizado por el presidente Andrés Manuel López Obrador de operar el programa IMSS-Bienestar con acuerdos de los gobiernos estatales.
Detalló que con el programa de rehabilitación y funcionamiento de todos los equipos utilizados en operaciones quirúrgicas permitió elevar el número de cirugías hasta en más del ciento por ciento en muchos casos y también la productividad por quirófano.
El gobierno federal está firmando acuerdos con las autoridades estatales para que la atención de la salud de la población abierta, es decir, la de ingresos bajos, ahora la preste la federación.
Varios gobiernos de las entidades federativas convinieron ya esta transferencia de responsabilidad, y contando las que ya firmaron los acuerdos y trabajan en el nuevo esquema, y las que ya anunciaron que se incorporarán al programa, suman 24.
Los sistemas de salud a la población abierta los administran las autoridades estatales, pero el financiamiento proviene del presupuesto general de la federación. Ahora se busca que esos servicios vuelvan a manos del gobierno federal, como estaban antes de que se dieran a los estados, porque la calidad de los servicios médicos se deterioró mucho en este siglo.