*En el sexenio se decomisaron más de 18 millones 256 mil cartuchos.
De la redacción
La delincuencia organizada acapara armas y cartuchos en forma irracional, de acuerdo con información del gabinete federal de seguridad. Los datos sobre decomisos indican este afán por adquirir municiones.
Tan sólo los cartuchos decomisados en el sexenio alcanzan un número que no se entienden, ni siquiera en la lógica criminal, pues la información oficial indica que en lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se recogieron 18 millones 256 mil piezas.
El número impresiona, pero se trata de sólo una parte mínima del total de municiones decomisada, por lo que las compras totales deben ser varias veces esos 18 millones 256 mil cartuchos, lo cual refleja la irracional criminalidad que padece el país.
Se trató de piezas de diversos calibres, pero todos para armas de alto poder; es decir, no para armas deportivas, ni de caza, sino para atacar y dar muerte a personas; sobre todo, para combatir y ejecutar a integrantes de células criminales enemigas.
Las armas decomisadas también suman ya decenas de miles, largas y cortas, de grueso calibre, entre las cuales figuran los fusiles “Barret”, rifles de asalto R-15, AK-47, conocidos como “cuerno de chivo”, y ametralladoras calibre 50.
El informe del gabinete federal de seguridad contiene detalles sobre el decomiso de lanzagranadas, granadas, bazucas y hasta plataformas lanza cohetes, lo cual parece irracional en un país que no está en guerra civil.
La situación del armamento y cartuchos decomisados a grupos de la delincuencia organizada revela el poder de fuego acumulado por esas organizaciones criminales que operan en zonas de entidades federativas, y evidencia la necesidad de retirar los artefactos de muerte de las manos de sicarios, que las utilizan contra sus enemigos, pero también para agraviar a personas pacíficas.
Las granadas recogidas en cateos a casas de seguridad de los grupos criminales también suman centenares, y estos artefactos explosivos no pueden usarse en otros fines que no sean los de ocasionar destrucción de enemigos.
Además de armamento, cartuchos y explosivos recogidos a los grupos delictivos, la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) retira de hogares armas largas y cortas, cartuchos y granadas mediante su programa de canje. Las recibe sin interrogar a las personas, y a cambio les da una especie de compensación en efectivo.
También es importante el número de armas recogida en estas campaña, aunque la mayoría no es de alto poder. De todos modos, en el caso de las granadas en condiciones de estallar, llama la atención que sus dueños las hayan tenido guardadas en sus domicilios.