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Ciro Gómez: Ideología al Servicio de sus Empleadores – Maximiliano Castillo

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CIRO GÓMEZ LEYVA, CON POSICIÓN IDEOLÓGICA

Y SERVICIO A INTERESES DE SUS EMPLEADORES

MAXIMILIANO CASTILLO R.

Con frecuencia, el periodista Ciro Gómez Leyva arremete contra los gobiernos de Cuba y Venezuela. Los llama represivos y dictadores, pero guardó silencio absoluto cuando Evo Morales fue derrocado por un golpe de las fuerzas armadas, con la muerte de pacíficos manifestantes que condenaron la interrupción de la democracia.

Mucho menos condenó la actuación de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de su titular, Luis Almagro, en la generación de las condiciones para ese golpe contra el gobernante indígena boliviano: inventó la existencia de un descomunal fraude en la elección en que Morales se reeligió.

Gómez Leyva dispuso de mucha influencia en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) cuando la encabezó el ultraderechista Luis Videgaray Caso, y respaldó los intentos del gobierno de Enrique Peña Nieto destinados a aislar más a Cuba y Venezuela. Se convirtió en rijoso defensor de los derechos humanos en esos dos países, donde no murieron opositores en acciones represivas del Estado y deliberadamente omitió hablar de las violaciones de derechos humanos de esos pueblos, que representan los criminales bloqueos económicos de Estados Unidos. Tampoco criticó las ejecuciones extrajudiciales de más de mil ex guerrilleros que depusieron las armas en el acuerdo de paz, de defensores de derechos humanos, de los recursos naturales y de los pueblos indígenas por parte del derechista gobierno de Iván Duque, en Colombia, quien junto con Jair Bolsonaro, de Brasil, fueron los principales peones de la política exterior estadunidense en el sur del continente.

Gómez Leyva sigue sin condenar la ruptura del orden constitucional en Perú y el encarcelamiento del presidente indígena Pedro Castillo y la muerte de más de 70 peruanos, cuando protestaban por el golpe legislativo y exigían la renuncia de la presidente Dina Boluarte; en cambio, sigue definiendo como dictador a Nicolás Maduro, de Venezuela y a Miguel Díaz Canel, que no asesinan opositores.

El periodista estrella de Telefórmula e Imagen Noticia, a diferencia de Joaquín López-Dóriga, no tiene antecedentes de corrupto, y ahora, como éste, son los conductores de noticieros más furibundos opositores del gobierno del presidente López Obrador. Su postura tiene raíces, por un lado, en su base ideológica derechista y, por el otro, en la defensa de los intereses económicos de sus patrones, los mayores traficantes de influencia en este siglo: Olegario Vázquez Raña y su hijo, Olegario Vázquez Aldir, enriquecidos hasta el insulto por los gobiernos de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

Por el tráfico de influencia Vázquez Raña pudo apropiarse de la que fue cooperativo “Excelsior”. La adquirió a precio de remate, porque prometió hacerse cargo de la deuda fiscal superior a 6 mil millones de pesos, que luego le perdonó Vicente Fox. El diario fortaleció la capacidad de intimidación al poder público de los Vázquez Aldir, y así elevaron su riqueza, compraron la concesión de la cadena televisiva que emplea a Gómez Leyva, construyeron cárceles y hospitales para rentarlos al gobierno, recibieron contratos de obras públicas por decenas de miles de millones de pesos. Y el periodista de derecha les es útil en la defensa de sus privilegios, pero no debe confundirse con López-Dóriga, quien se benefició directamente del mecanismo de saqueo de fondos públicos, lo cual lo enriqueció hasta el insulto. Eso no puede decirse del ex directivo de Radio Mexiquense.               

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