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Breve Periodo para Asimilar lo que Ocurrió en las Urnas

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Foto: Archivo

BREVE TIEMPO PARA PERCIBIR

LO QUE OCURRIÓ EN LAS URNAS

EL ESTADO INICIARÁ UNA ETAPA DE SU HISTORIA NO

PREVISTA EN 2014; ES DESEABLE QUE SEA PARA BIEN

Dos años después de su última derrota como candidato presidencial a manos de Enrique Peña Nieto, quien para fines prácticos compró la presidencia impulsado por los medios informativos y los intereses plutocráticos, después favorecidos por la corrupción, nadie apostaba por el resurgimiento de Andrés Manuel López Obrador. En 2014 logró el registro como partido para el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), pero pocos le auguraban la aceptación y respaldo obtenidos en sólo 4 años, que lo llevaron a aplastar en las urnas a los candidatos del PRI y del PAN y ganar la titularidad del Poder Ejecutivo Federal.

Hasta supuestos analistas altamente calificados lo creían políticamente liquidado; sobre todo, después de haber estado en riesgo de fallecer por un infarto al corazón. Recuperó su salud y el respaldo social, político y electoral para su partido creció en forma extraordinaria. Nunca una organización política de oposición del período posrevolucionario había conquistado la presidencia de la República en tan corto tiempo en México.

Tres años después de haberse fundado, en 2017, sin López Obrador en la presidencia todavía, no se le concedía a Morena posibilidades de obtener una buena votación en la elección de gobernadora o gobernador del Estado de México ese año, el principal bastión del PRI en la República. Su candidata Delfina Gómez Álvarez era una política escasamente conocida en la entidad.

Tenía que contender contra Josefina Vázquez Mota, que en 2012 fue candidata presidencial del PAN. Además, el candidato del PRI, Alfredo del Mazo Maza, era nieto e hijo de gobernadores y contaba con el apoyo adicional del PVEM, el PANAL y el PES, mientras Gómez Álvarez 5 años antes era directora de un plantel de educación básica en la región de Texcoco.

En 2017 el PRI pudo conservar la gubernatura, con fuertes sospechas de que la voluntad popular fue alterada en su favor, pero ya no lo logró este año, a pesar de su alianza con el PAN, PRD y NAEM, en una situación no percibida aún en sus alcances, denotación y connotación de cara al futuro. El tricolor nunca había sido oposición en suelo mexiquense, y lo más importante y diferente es que el 16 de septiembre se instaurará una administración que discursivamente está comprometida a trabajar prioritariamente en favor de los que menos tienen.

La próxima gobernadora tiene la delicada responsabilidad de aplicar los principios de la cuarta transformación y consolidar este proceso en el Estado del país con más habitantes y que territorialmente abraza por tres de los cuatro puntos cardinales a la Ciudad de México, asiento de los poderes de la Unión.

Erradicar la corrupción, hacer un gobierno honesto, eficaz, de buenos resultados para todos los sectores de la población, es lo que esperan los mexiquenses de Morena. Por eso apoyaron a su candidata en las urnas. No estamos sólo ante un cambio en la gubernatura, sino que iniciará una nueva etapa en la historia estatal, y es deseable que la gestión morenista no defraude, porque ya se padecieron gobernantes alejados del pueblo.

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