*Bad Bunny dio el concierto; Milanés, ni siquiera sabía que tenía que presentarse
De la redacción
Hace unos meses al menos mil 700 fanáticos del cantante Bad Bunny fueron defraudados en la Ciudad de México. Compraron boletos para el concertó de su ídolo, pero no pudieron ingresar al Estadio Azteca, donde se presentaría.
La razones esgrimidas por la empresa organizadora fueron las de que ese número de boletos ya habían sido utilizados; es decir, fueron vendidos dos veces por la compañía Ticketmaster México, perteneciente a una compañía global, dominante en muchos países del mundo en materia de venta de entradas a todo tipo de evento artístico. La intermediaria adujo problemas técnicos, y fue obligada a devolver el dinero que pagaron por los boletos y una sanción del 20 por ciento sobre el precio.
El hecho de que la estafa hubiera ocurrido en la Ciudad de México le confirió una gran importancia mediática, y fue noticia durante varios días. Motivó la intervención de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO), que resolvió las demandas.
LA ESTAFA CON CONCIERTO DE MILANÉS.
Una estafa más grave, porque fue con dolo, ocurrió en Morelia, Michoacán, a principios de este siglo. El caso lo difundió el diario “La Voz de Michoacán” y recordado por el periodista cultural Gustavo Ogarrio.
Los defraudadores, vivales o como quiera llamárseles, utilizaron la popularidad del cantautor cubano Pablo Milanés (falleció el 22 de noviembre del 2022), para organizar una bien planeada acción delictiva. Anunciaron un concierto con el famoso artista y vendieron boletos.
Rentaron un teatro con capacidad para no más de 500 personas, pero vendieron como tres mil boletos, y mediante soborno consiguieron autorización para el concierto. El público respondió con entusiasmo y en un solo día agotó las entradas. Hasta reventa hubo.
El problema fue que el cantautor ni siquiera sabía que debía presentarse en Morelia, la capital de Michoacán: se trataba de una clara estafa, que utilizó su fama y popularidad del canto del cubano. Fue peor que lo de Bad Bunny. Lo ocurrido no trascendió el ámbito local, y la PROFECO no intervino, y mucho menos los estafados recuperaron su dinero. Los delincuentes de cuello blanco quedaron impunes. Pablo Milanés ni tenía programado ofrecer un concierto en Morelia.