*Muchos morenistas mexiquenses vienes del mundo de tribus del PRD.
De la redacción
La próxima gobernadora mexiquense no sólo necesitará de un gabinete casi de nivel presidencial, como se comentó en “El Espectador”, sino también de colaboradores que no vean en la administración estatal la oportunidad de enriquecerse ilícitamente, ni una plataforma para concretar ambiciones políticas el próximo año.
De la misma forma, la maestra Delfina Gómez Álvarez “deberá impedir que el Poder Ejecutivo se convierta en una institución de tribus, pues muchos de los cuadros morenistas mexiquenses traen arraigada una política partidista de grupos y grupúsculos, adquirida en el PRD, donde esta forma de pensar, convivir y luchar alcanzó su máxima expresión”, alertó el politólogo Jorge Iván Frausto Leal.
El también articulista de “El Espectador” recordó que la senadora con licencia encontrará una administración pública sumida en el desorden, la ineficiencia, dañada por el contratismo, la ineficacia, la corrupción, el abandono del pueblo y desatención a sus problemas; además de indiferente a la sociedad, producto de la ausencia de vocación de servicio en un alto porcentaje de los funcionarios. También se enfrentará una crecida deuda, una pesada nómina -“aviadores” incluidos- y la corrupción que no evitó, denunció ni combatió Morena desde la Legislatura.
Gómez Álvarez está obligada a hacer un gobierno de resultados satisfactorios, porque su proyecto institucional estatal forma parte del general de la cuarta transformación del país. “Por lo mismo su gestión será obstaculizada por los intereses económicos y políticos beneficiados por los sexenios priistas y, más, en la etapa neoliberal, y que ahora saldrán afectados si se combate realmente la corrupción”, explicó.
En estas circunstancias, la primera mujer titular del Poder Ejecutivo en la historia mexiquense necesitará un equipo de colaboradores cohesionado, capaz honesto, preparado, generoso, cuyos miembros antepongan el interés general del Estado y de la cuarta transformación a sus ambiciones políticas; que no estén pensando desde antes de rendir protesta como servidores públicos en la candidatura del 2029 o en las del 2024.
Coincidió con lo asentado en “El Espectador” hace unas semanas en el sentido de que, en el PRD, el tribalismo lo condujo a la puerta de la desaparición, y recordó cómo esa subcultura partidista de férreas luchas de unos grupos contra otros era incuso más rijosas que frente a los adversarios externos, y que se sentían satisfechos cuando vencían a otro está muy arraigada aún en algunos cuadros de Morena, y por el bien de su gestión, pero más por el bien de los mexiquenses, debe desterrarla de su administración la próxima gobernadora.
Sería muy grave para el Estado, su población, para la gobernante, Morena y la cuarta transformación que el “grupismo” perredista sobreviviente en el morenismo fraccionara al Poder Ejecutivo, y “sería otro grave problema más, adicional a los numerosos, grandes y también graves que ya tiene el Estado, y que deberá resolver Gómez Álvarez”, recalcó el también editorialista de “El Espectador”.
La gobernadora electa logró la hazaña de derrotar a un PRI invencible durante 94 años, y que ahora agregó a su clientela electoral propia los votos del PAN, del PRD y de NAEM. Y aun así perdió la gubernatura, porque hartó al pueblo por no resolver sus problemas.