
*Los medios fueron el principal instrumento para el tráfico de influencia.
De la redacción
Hasta el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, los dueños de los medios informativos de circulación nacional no sólo recibieron del Poder Ejecutivo Federal, en promedio, 10 mil millones de pesos anuales por publicidad facturada y una suma mayor, sin facturas, sino también participaron en el saqueo del erario como proveedores de bienes, servicios y obras públicas.
De acuerdo con información de la presidencia de la República, las empresas propietarias de diarios impresos, cadenas nacionales de radio y televisión vendían al gobierno desde tornillos y servicios de limpieza, hasta helicópteros.
En la práctica el pago por publicidad a las empresas en cuestión, montos exorbitantes, era poco en comparación con los ingresos que tenían sus otras compañías proveedoras y contratistas de la administración estatal.
Participaban en las ventas que por cien mil millones de pesos hacían de medicinas al sector público de salud, con sobreprecios que llegaban a superar el mil por ciento, y no entregaban el total de lo que cobraban, ni de la calidad pactada, por lo cual el abasto de medicinas no llegaba, en promedio, al 30 por ciento, con casos extremos, como el del Estado de México, que apenas rebasaba el 23 por ciento.
Las corporaciones empresariales utilizaban sus divisiones de medios informativos para el tráfico de influencia en favor de las otras empresas, para lo cual a partir de Vicente Fox Quesada sometieron y convirtieron en sus rehenes a su servicio a los mandatarios, con lo cual se comportaron como el primer poder meta-constitucional del país durante los primeros 18 años de este siglo.
De acuerdo con información oficial, la otra vertiente del saqueo de bienes públicos por parte de dueños de medios informativos fue el llamado “apoyo en especie”, que no fue otra cosa que los regalos de mansiones, ranchos, jets y yates decomisados a los capos del narcotráfico y que terminaron manos de este tipo de empresarios.
El perdón fiscal fue otra forma de saqueo, y entre todos los más beneficiados con estas modalidades de saqueo al patrimonio nacional figuran los Vázquez Aldir, que se beneficiaban de los gastos mayores de salud, pero también de hospitales construidos con créditos de la banca de desarrollo, para rentarlos con altos precios al gobierno mediante contratos de 20, 25 o más años.
De por sí acumularon fortunas con los bienes de la cooperativa “Excelsior”, incluyendo el diario impreso del mismo nombre, porque los compraron a precio casi regalado, porque se hicieron cargo de una pesada deuda fiscal, que por influencia de Martha Sahagún, les perdonó Francisco Gil Díaz en el gobierno de Vicente Fox. También, con el mismo esquema de los hospitales construyeron penales para rentarlos al gobierno y por tráfico de influencia lograron el contrato más elevado para participar en la construcción del “Nuevo Aeropuerto Internacional de México” (NAIM), por cuya cancelación los Vázquez Aldir fueron indemnizados con miles de millones de pesos. Contratos de hospitales y cárceles siguen, pero ya no tienen a su servicio al presidente, lo que no toleran y lo cual explica las rabiosas críticas de sus medios informativos al mandatario.