*Es un boxeador y campeón mundial superdotado físicamente.
De la redacción
Emanuel “Vaquero” Navarrete es un boxeador superdotado físicamente, lo cual le permite ganar por nocaut, aun cuando no se presente a los cuadriláteros entrenado al ciento por ciento. Nadie ha podido vencerlo hasta ahora. No obstante, no es el gran ídolo que debía ser para la afición mexiquense al boxeo.
En su última pelea efectuada en Glendale, Arizona, el 12 de este mes, venció en fragoroso combate al también mexicano y excampeón mundial, el durísimo sonorense Óscar Valdez, a pesar de pelear los últimos 4 rounds con la mano derecha, su principal arma, lesionada.
Navarrete, oriundo del pueblo de San Juan Zitlaltepec, perteneciente a Zumpango, Estado de México, llegó a 38 victorias y un empate, con 31 nocauts y sigue invencible después de cerca de 40 combates.
Fue campeón mundial peso supergallo, pluma y ahora superpluma, de la Organización Mundial de Boxeo (OMB); es decir, ha conquistado tres coronas mundiales en divisiones o pesos diferentes.
Como en otras ocasiones se ha comentado, toda esa brillante trayectoria boxística no ha sido suficiente para convertirse en el gran ídolo de los mexiquenses aficionados al boxeo, como sería en cualquier otra entidad federativa.
Su caso prueba el problema de falta de identidad e integración social del Estado de México, pues un alto porcentaje de la población asentada en los municipios conurbados del Valle de México proviene de otras entidades federativas, y no se siente identificado con la mexiquense.
El problema es antiguo y sólo en los primeros años de la década de los ochenta del siglo pasado hubo una clara preocupación por esa falta de identidad e integración social del Estado. El entonces gobernador Alfredo del Mazo González, padre del mandatario saliente, Alfredo del Mazo Maza, percibió la situación y emprendió acciones para frenarlo y revertirlo.
Encargó la búsqueda de un gentilicio, que no existía, y así nació el de “mexiquense”. Además, oficializó la denominación de “Valle Cuautitlán-Texcoco” para los municipios de esa región, y diferenciar la zona de la parte que ocupaba en el Valle de México el entonces Distrito Federal.
Esta última medida se desvaneció, porque desde las mismas instituciones públicas mexiquenses se sigue denominando Valle de México al territorio que ocupan los municipios del Estado.
Lo de Emanuel “Vaquero” ilustra con bastante nitidez esos problemas, porque con tres títulos mundiales en pesos diferentes, con un record invicto de tantas victorias y tantos combates ganados por la vía rápida, no es el ídolo que, con menos méritos, sería en otros estados.