*El viejo salinista Ebrard prácticamente rompió con Morena: exigió repetir proceso.
De la redacción
A partir del primero de octubre del 2024 una mujer gobernará por primera vez al país: Claudia Sheinbaum, de la alianza “Juntos hacemos historia”, integrado por Morena, PVEM y PT; o Xóchitl Gálvez, del “Frente Amplio por México” (FAM), formado por el PRI, PAN y PRD.
La morenista obtuvo el primer lugar en las 5 encuestas de su proceso interno para elegir coordinadora de la defensa de la 4T, con entre el 36.6 y el 40.5 por ciento de apoyo, por entre el 25.0 y el 26.1 por ciento de Ebrard; entre el 9.3 y 12.2 por ciento de Gerardo Fernández Noroña; 8.8 y 12.2 por ciento de Adán Augusto López Hernández; entre el 6.0 y 6.9 de Manuel Velasco; y en el sorpresivo último lugar de Ricardo Monreal Ávila, con un promedio del 6.0 por ciento. Éste último considerado uno de los políticos más completos del país. Sheinbaum era favorita, como lo es para convertirse en la primera mujer titular del Poder Ejecutivo Federal.
El triunfo de la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México en su coalición fue cuestionado por el ex canciller Marcelo Ebrard, desde antes de que se diera a conocer el resultado, y de facto anunció una ruptura con Morena. Adujo irregularidades en la encuesta y no estuvo en el anuncio de la ganadora. Se dedicó a denunciar en los medios informativos opositores a Morena su reprobación al proceso electivo interno. Declaró que el lunes efectuará una asamblea nacional de sus seguidores para decidir el camino a seguir.
No obstante, Ebrard se quedó sólo en su queja, porque todos los aspirantes a coordinar los comités de defensa de la cuarta transformación: Adán Augusto López, Ricardo Monreal Ávila, Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco, aceptaron los resultados. Reconocieron que el pueblo decidió y ofrecieron todo su apoyo a la ex jefa del Gobierno dela Ciudad de México.
Un numerosos grupos de diputados federales, gobernadoras y gobernadores y alcaldes morenistas rechazaron antes del anuncio de la ganadora que hubieran intervenido en favor de Sheinbaum y anticiparon su respaldo absoluto a quien ganara la encuesta.
El ex canciller fue utilizado por los grandes medios informativos de circulación nacional y sus periodistas para descalificar el proceso interno de Morena para elegir coordinador o coordinadora de los comités de defensa de la cuarta transformación. Se dieron gusto difundiendo las declaraciones del viejo priista. Son los mismos que callaron o justificaron el que el proceso de elección de coordinadora del Frente Amplio por México no terminara con la elección en urnas, porque obligaron a retirarse a la otra finalista, Beatriz Paredes Rangel.
“Marcelo es un salinista que no dejó el PRI cuando nosotros salimos. Se quedó varios años junto a Salinas y terminó ese sexenio como subsecretario a Relaciones Exteriores. Sólo se distanció cuando otro salinista puro, Manuel Camacho Solís, fue derrotado por Luis Donaldo Colosio en la lucha por la candidatura presidencial del tricolor”, comentó a este espacio un militante de izquierda mexiquense.
“Ebrard nunca debió estar en Morena, porque fue un salinista que cerró los ojos a la represión y muerte de centenares de cuadros perredistas, entonces opositores de verdad, a manos del gobierno de su protector. Nunca ha sido de izquierda y sacó mucho provecho del liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador”, comentó a “El Espectador” el influyente cuadro morenista del Estado de México, militante de la izquierda desde las Juventudes Comunistas.
La lucha interna entre Ebrard y Sheinbaum fue ruda por parte del ya casi ex morenista, quien buscaba a toda costa la coordinación del comité, que en la práctica equivale a la candidatura presidencial, como lo es de facto la coordinación del FAM.