*Lo datos del INEGI muestran una difícil realidad económica para el Edoméx.
De la redacción
La última encuesta del INEGI sobre economía y empleo arroja resultados preocupantes del Estado de México, que antes fue vanguardia en monto de inversiones, generación de empleos y valor de los bienes y servicios producidos anualmente. Ahora está por debajo del promedio nacional en todos estos rubros, lo que explica su baja aportación relativa al producto interno bruto (PIB) nacional.
Ya no destaca por el dinamismo de su economía, como hace dos décadas todavía, tampoco recibe grandes montos de inversión ni es ya uno de los principales exportadores del país. En otros sectores, como la agricultura, es también deficitario.
Incluso el sector construcción que a costa de la urbanización y cambio de uso de suelo indiscriminado se mantenía como uno de los motores de la economía estatal ha dado muestras de franco declive, y es uno de los principales empleadores de mano de obra.
Prácticamente no hay un solo indicador que sugiera que el Edoméx sigue siendo una potencia económica en el país, salvo por el tamaño de su población, aunque la mayoría viva en la categoría de pobreza y pobreza extremas.
Y en este escenario rindió ayer protesta la nueva gobernadora Delfina Gómez, quien deberá resolver estos problemas que sus antecesores ni siquiera reconocieron, mucho menos trataron de solucionar.