DESVIARON Y FALSEARON DEBATE OPOSITORES
Y CONFUNDEN SUS DESEOS CON LA REALIDAD
MAXIMILIANO CASTILLO R.
La clase política nacional y los grandes medios informativos con frecuencia y desde diciembre de 2018 generan encendidos debates, pero sobre temas de escasa relevancia, pero que tienen como finalidad debilitar al presidente López Obrador, a su partido y a la cuarta transformación. Todo es útil para ese objetivo, hasta las mentiras, las calumnias, ofensas e insultos, que se extienden a la familia del mandatario, el primero de izquierda que llega al cargo.
El listado de ejemplos de la trivialización del debate es largo, desde el escándalo por la venta de tlayudas en la inauguración el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” (AIFA), hasta lo de que el Tren Maya le iba a quitar el azul turquesa al mar Caribe, denunciado por la panista Kenia López y presentada como una realidad en diario impresos y medios informativos electrónicos. .
De igual manera le dieron cobertura a un individuo presentado como experto en algo, quien sostuvo que la contaminación en la Ciudad de México el día de la manifestación en defensa del INE fue producida deliberadamente por el gobierno lópez-obradorista, para impedir que la gente saliera a las calles a defender al INE, para lo cual quemaron excesivo combustibles fósiles en la refinería de Tula.
En la misma línea de debatir lo irrelevante se inscribe la denuncia opositora de que el presidente López Obrador está destruyendo al país, que ocupa primeras planas y los comentaron conductores de noticieros de radio y televisión y los columnistas se dan vuelo con algo que no ve el pueblo. El gobierno de López Obrador debe tener muchos aspectos cuestionables, pero no los exponen: prefieren difundir mentiras.
Algo parecido, aunque de mayor importancia ocurrió cuando se debatió la iniciativa de la Ley Minera, que declaró al litio como mineral estratégico, no concesionable y, por lo tanto, de exploración, explotación y aprovechamiento exclusivo del Estado Mexicano, de acuerdo con el seguimiento dado por “El Espectador”.
La iniciativa de reforma y adiciones a la citada norma fue debatida durante horas en la Cámara de Diputados Federal y el Senado de la República, pero porque los representantes populares desviaron el debate; sobe todo, los opositores.
Parece que no se dieron cuenta que los cambios a la Ley Minera tuvieron como finalidad establecer que la exploración, explotación y aprovechamiento del litio no podría dejarse a particulares, ni nacionales, ni extranjero. Los opositores adujeron que no era necesario “nacionalizar” el mineral (clasificado como no ferroso), porque ya pertenecía a la nación, por disposición constitucional. No se percataron que muchas disposiciones de la Máxima Norma del país requieren de regulación en leyes secundarias, porque aun cuando el artículo 27 constitucional señala que la riqueza del subsuelo es propiedad de la nación, dispone que esos recursos pueden concesionarse a particulares.
Entre esos recursos naturales no renovables está el litio, al que se buscó y logró excluir del catálogo de los que pueden ser concesionados para su aprovechamiento por la iniciativa privada, pero la oposición no percibió de qué se trataba, justo como ocurrió en junio del año pasado, cuando consideraron un gran triunfo perder 4 de 6 estados e insistir en que el INE no se toca, cuando en 2014 hasta el nombre le cambiaron.