*Las partidos aliados a Morena son la opción para los oportunistas y corruptos.
De la redacción
Si desde que apenas se avizoraba como fuerza política de enorme peso, influencia y crecimiento, ya Morena fue infiltrada por la ultraderecha panista mexiquense (cuyos integrantes coparon las candidaturas de los municipios más importantes del Estado, para hacer “labor de zapa” y desprestigiar al nuevo partido con desempeño deliberadamente desastroso), ahora instalada en el Ejecutivo mexiquense los intentos de personajes impresentables por incorporarse al morenismo se han intensificado y se intensificarán todavía más en las próximas semanas y meses.
Uno, si no es que el peor de los gobernadores priistas de la historia, el senador Eruviel Ávila Villegas, amenaza con llegar a Morena por la puerta trasera. Dejó entrever que podría afiliarse al Partido Verde Ecologista de México (PVEM), después de renunciar las filas del tricolor.
De conseguir su objetivo y debido a la condición del PVEM como aliado de Morena en la 4T, cuya ideología es el combate a la corrupción, Ávila Villegas -quien pasó de habitar una vivienda de interés social en una colonia pobre de Ecatepec a poseer y habitar una fastuosa mansión en Las Lomas de Chapultepec, en la capital del país- pasaría a formar parte de la coalición “Juntos hacemos historia” .
Durante el sexenio del ex alcalde de Ecatepec la corrupción alcanzó su mayor nivel, y el trabajo de gobierno su menor eficacia. La desvinculación con el pueblo, del cual procedía, se acentuó, y contribuyó a sentar las bases para la pérdida de confianza de los votantes en el PRI y sus candidatos.
Ávila Villegas tiene vínculos estrechos con algunos actuales poderosos dentro del gabinete estatal, lo cual le permitió en mayo de 2017 sacar por unanimidad una iniciativa de reformas al Código Penal del Estado de México que le dio impunidad ante cualquier acto de corrupción.