*En 72 horas ejecutaron a un fiscal regional y al delegado de la FGR.
De la corresponsalía
Acapulco, Gro.- En un claro reto a las instituciones de justicia estatales y federales, un grupo criminal ejecutó el pasado martes al representante de la Fiscalía General de la República (FGR) en el Estado, Fernando García Fernández.
El ataque mortal contra el funcionario federal ocurrió a unos 500 metros de instalaciones de la Fiscalía General de Justicia de Guerrero (FGJG), aproximadamente a las 9 horas, cuando el delegado de la FGR conducía su camioneta en una calle de la colonia Citlapi.
Apenas el sábado 9 de este mes el fiscal regional de la Fiscalía estatal en Tierra Caliente, Víctor Manuel Salas Cuadras, fue asesinado en la cabecera municipal de Coyuca de Catalán.
Llevaba apenas 5 días en el cargo, y 72 horas después criminales agredieron y dieron muerte al delegado de la FGR, algo nunca antes ocurrido en el territorio guerrerense, donde bandas delictivas controlan amplias zonas del Estado.
Hace muchos años murió en accidente aéreo otro delegado de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), el político mexiquense Roberto Pineda, cuando efectuaba un recorrido por la sierra, donde ya desde entonces cultivaban drogas.
En su momento circularon numerosas y distintas versiones, incluyendo las que hablaban de que no fue un accidente, sino que la caída de la aeronave fue ocasionada por narcotraficantes. Se habló de cables de acero tendidos de un cerro a otro cercano y que habrían averiado las hélices del helicóptero en que viajaba el funcionario.
De la misma forma se difundió que el desplome fue producto de un ataque directo del grupo criminal que se dedicaba a la siembra de amapola. Nunca hubo una versión oficial y definitiva.
En el caso del delegado García Fernández, llegó al Estado como representante de la PGR en 2019, en sustitución de Juan Monroy García, quien en 2015 fue designado para el cargo por el en ese tiempo titular de la PGR y ahora encarcelado, Jesús Murillo Karam.
Llamó la atención el hecho de que el delegado de la FGR vejara solo, sin escoltas, en una ciudad de alta inseguridad pública y derramamiento de sangre por grupos criminales dedicados a la siembra de amapola, tráfico de drogas, narcomenudeo, extorsión y secuestros.
De la misma forma sorprende el que el vehículos no fuera blindado, lo cual lo dejó vulnerable ante el ataque con armas de alto poder, pues con un buen blindaje el delegado de la FGR hubiera salido ileso.
