*Los plásticos básicos cobran casi el doble que las tarjetas de crédito Premium.
De la redacción
La elevación de la tasa de interés impactó directamente en los réditos que cobran los bancos por las compras con sus tarjetas de crédito. Este incremento por las medidas del Banco de México (Banxico) fue de entre el 6.0 y el 20.0 por ciento.
Esto según información estadística difundida por el Banco Central del país que compara el comportamiento de la tasa de interés aplicada a los plásticos, aunque el comparativo es del año 2022 contra el 2021, por ello y en la práctica en lo que va del año el aumento ya sería mayor, de acuerdo con un análisis de “El Espectador”.
Las instituciones bancarias clasifican sus tarjetas en cuatro categorías: básica, clásica, oro y platino o Premium; es decir la del tope del crédito más alto, que entregan a la población de altos ingresos.
En el caso de la tarjeta “platino”, aun cuando fue la que más creció su tasa de interés, con un 21 por ciento, es la que tiene la tasa más baja de los cuatro tipos de plástico, que financia en su mayoría el consumo.
Entre los tarjetahabientes, como le dicen a los usuarios de las tarjetas, la alta tasa de interés aprobada para operaciones interbancarias o “de referencia”, evidencia una notoria desigualdad en el costo financiero por compras con los plásticos.
Esta inequidad es en contra de la población de menores ingresos; es decir, en contra de los más pobres, porque son quienes cubren los intereses más altos, superiores al 445 por ciento respecto a los de mayores ingresos
De acuerdo con la información del Banxico, durante el 2021 la tarjeta “platino” cobró intereses anuales del 20.3 por ciento, y se elevaron a 27.4 por ciento el año pasado; es decir un aumento de aproximadamente un 30 por ciento.
Aun con ese incremento importante, los tarjetahabientes de esta categoría pagaron casi un 50 por ciento menos que la tasa aplicada a la tarjeta “básica”, que del 50 por ciento en el 2021 aumentó a 53 por ciento al año siguiente.
La paradoja y el excesivo afán de lucro de los bancos los conduce a cobrarles intereses más altos a quienes tienen ingresos más bajos, y réditos más reducidos a los segmentos poblacionales de más altos ingresos.
En otras palabras, pagan más intereses en sus compras con tarjeta de crédito los pobres que los ricos, presumiblemente porque implican más riesgo de impago los financiamientos a quienes ganan poco, comparado con quienes perciben altos ingresos.
Los extremos en cuanto a tasas de interés son los ejemplos mencionados, pero entre ambos están las tasas de interés aplicadas a los otros dos tipos de tarjeta: la “clásica”, que pasó de 36.2 por ciento en el año 2021 a 41.0 el año pasado; y la “oro” que se ubicó en 2021 en 28.2 por ciento y subió a 33.4 por ciento en el 2022.