*Es increíble la deficiencia de futbolistas profesionales al pegarle a la pelota.
De la redacción
Los responsables del bajo nivel de la calidad en el futbol mexicano son los dueños, directivos de los equipos y los entrenadores o técnicos, como también se les conoce. Los primeros tienen culpa porque sus clubes sólo les interesan como instrumentos eficaces para el tráfico de influencia en beneficio de sus empresas ajenas al balompié.
Por su parte, los directivos son responsables del mal futbol que tenemos, porque no muestran interés ni, con las excepciones de la regla, en contratar buenos futbolistas, para que sus equipos sean altamente competitivos, den espectáculo y atraigan público a los estadios.
Dejan la impresión de que ven sus puestos como meras “chambas” bien pagadas, no como la oportunidad de aportar y elevar la calidad y competitividad de sus equipos y, menos del fútbol de la Liga MX.
Los llamados también “timoneles”, a su vez, deben trabajar con los jugadores que los clubes ponen a su disposición, pero también tienen culpa en las tácticas, estrategias de juego, en la técnica de los jugadores, en su condición física y en la disposición a desplegar su máximo esfuerzo en las canchas.
En especial, los entrenadores no se preocupan por la profesionalización de sus dirigidos. No les enseñan como pegarle bien al balón, como desarrollar juego de conjunto, como dar buenos pases y tomar las mejores decisiones cuando la pelota les llega a los pies.
Los aficionados, tanto los que asisten a los estadios como quienes siguen los partidos por las pantallas de los televisores, no entienden las grandes deficiencias de los futbolistas que cobran como profesionales, al golpear el balón en el terreno de juego. Le pegan muy mal.
Estas fallas se notan más cuando tiran a gol. Aun cuando estén cerca de la portería, la pelota sale varios metros a un lado o por arriba del larguero. Muchas veces parece más difícil fallar que anotar, pero los delanteros fallan.
Las deficiencias las tienen los jugadores, pero en ello los técnicos tienen mucha culpa, porque no los ponen a entrenar intensamente en golpeo del balón, en los pases al compañero, ni los obligan a dominar un sistema de juego, por lo cual en los partidos los futbolistas hacen lo que se les ocurre.
No puede continuar este bajo nivel de la calidad del futbol mexicano de primera división; al contrario, debe superar deficiencias y mejorar en todos los aspectos, porque aun cuando se trata de un negocio particular; es decir, propiedad de la iniciativa privada, se trata de un deporte que lo siguen millones y millones en todo el territorio y de os equipos salen los integrantes de la selección nacional.
