*Dice que la información del gobierno sobre “caso Ayotzinapa” es igual a la de EPN.
De la redacción
Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los 43 alumnos de la Escuela Normal “Isidro Burgos”, de Ayotzinapa, coincidió con los medios informativos y periodistas al servicio de la derecha y ultraderecha mexicana, en cuanto a que la información proporcionada por el actual gobierno no difiere mucho de la que sirvió para sustentar la “verdad histórica” sobre el caso.
La mañana del 26 de septiembre, Ciro Gómez Leyva, conductor de noticias de Telefórmula y de la cadena de los Vázquez Aldir, grandes traficantes de influencia en el pasado, sostuvo lo mismo que Vindulfo Rosales.
Un análisis de “El Espectador” a las posiciones del actual gobierno federal y del anterior en este condenable hecho permitió encontrar grandes diferencias entre ambas, contrariamente a lo aseverado por el periodista y vocero de los padres agraviados, a quien los medios informativos electrónicos le dieron amplia cobertura para difundir sus declaraciones.
La “verdad histórica” consistió en dar por cierto que los 43 alumnos normalistas fueron llevados la noche del 26 de abril de 2014 al basurero de Cocula, municipio limítrofe con Iguala, ambos del Estado de Guerrero.
Que en ese tiradero de desechos sólidos fueron asesinados y sus cuerpos incinerados, para después llevar y arrojar las cenizas a un río que corre cerca del lugar de las presuntas ejecuciones.
Eso sostuvo el entonces procurador general de la República, el exgobernador de Hidalgo, Jesús Murillo Karam ahora encarcelado, precisamente, por desviar el curso de las investigaciones, con el fin de ocultar lo ocurrido y proteger a intereses criminales de la delincuencia organizada, de la cual formaban parte segmentos del poder público de las tres competencias de gobierno, dedicadas al narcotráfico.
El actual gobierno sostiene que la información con que cuenta desmiente esa “verdad histórica”, porque los jóvenes fueron separados en grupos y desaparecidos, pero no ejecutados e incinerados en el basurero de Cocula. Esta diferencia no la perciben o la ocultan deliberadamente Vindulfo Rosales y Ciro Gómez Leyva.
Murillo Karam no dio a conocer las torturas aplicadas a los presuntos autores materiales de la desaparición de los jóvenes normalistas, y que propició que los jueces los dejaran en libertad.
Las investigaciones de las actuales autoridades de la materia, apoyadas por expertos extranjeros y del país, desvirtuaron ese sustento de la “verdad histórica”. Así, es falso que se esté como como al principio. Gómez Leyva sostiene inclusive que lo dicho por Murillo Karam es lo que ocurrió.
La obstrucción o investigaciones simuladas, uso de torturas fueron delitos adicionales, para evitar el esclarecimiento de los hechos y por eso están presos funcionarios y militares, por lo que sólo por ignorancia o mala fe puede decirse que no hay información, ni trabajo investigador distinto, a nueve año de los trágicos acontecimiento de Iguala. Lo cierto es que los jóvenes siguen desaparecidos.