*“Damita, usted decide cómo procedemos: nos arreglamos o paga 2 mil de multa”.
De la redacción
El endurecimiento de las sanciones contra quienes conducen vehículos con placas vencidas se convirtió en Toluca y Metepec en una “mina de oro” para los policías, generalmente mujeres.
Como el Reglamento de Tránsito del Estado de México establece una sanción económica de dos mil pesos por circular con láminas vencidas, los y las uniformadas se olvidaron de ordenar la circulación vial y ahora se decían a la caza de automovilistas infractores.
No lo hacen con ánimo justiciero, sino para obtener dinero de las placas vencidas, y ya en ese plan, lo cual no era frecuente en esta zona metropolitana, inventan faltas al Reglamento para extorsionar, de acuerdo con numerosos testimonios de los extorsionados.
Se trata, además, de un delito impune: los afectados también participan en el mismo, por lo cual no denuncian a los y las policías deshonestas y sus poderosos argumentos persuasivos.
Una conductora víctima de extorsión, en la Vialidad las Torres, en Metepec, narró lo siguiente a “El Espectador”: “No me ha dado tiempo de hacer el canje de placas, por lo que me detuvieron policías mujeres. No podía negar que las placas de mi modesto vehículo no estaban vigentes, y ya estaba dispuesta a recibir la infracción y pagar la multa, que con pronto pago se reduce a mil pesos”.
Continuó comentando el suceso: “La oficial me sugirió: damita, usted decide cómo procedemos. Le levantamos la infracción y le recogemos la placa, para que pague los dos mil pesos de multa, o nos arreglamos aquí mismo”.
Luego expuso un argumento: “mire, si opta por pagar su multa, le va salir caro, pero además, su dinero se lo van a robar los funcionarios corruptos. Mejor nos apoyamos mutuamente ¿Qué le parece?”
Y agregó: “Me hizo reír con la franqueza de mencionar la corrupción de los funcionarios; el problema es que no traía dinero, apenas cien pesos y se lo dije. Entonces me replicó: mire, enséñeme su cartera y si sólo trae cien pesos, se los acepto. Así lo hice y me ahorre mil 900 pesos, ó 900, según se vea”.
Lo grave del fenómeno es que los policías incurren en el delito de extorsión y los infractores, en el de cohecho. Y más delicado aún es que los y las agentes de tránsito están inventando infracciones, para extorsionar, lo cual se les facilita, porque las autoridades les creen y les dan la razón, no al conductor.
Hay numerosos testimonios de infracciones por supuestamente conducir y hablar por teléfono, mientras quienes de verdad usan el celular mientras manejan no son molestados, y menos si se transportan en vehículos de lujo o, como han denunciado al “El Espectador”, en las propias patrullas. Pero se ensañan con los dueños de carros modestos y viejos, según presenció este medio informativo.
