*El instituto se excede en sus atribuciones, viola derechos y comete ilegalidades.
De la redacción
El INE, con aplicación de criterios de las luchas internas de los partidos políticos, prohibió a Claudia Sheinbaum, coordinadora de los comités de defensa de la cuarta transformación, efectuar actos públicos masivos con asistencia de ciudadanos ajenos a Morena. Le autorizó a reunirse a puertas cerradas con sus compañeros de partido, como si la defensa que enarbola de su movimiento debe limitarse a los morenistas y no a todos los mexicanos.
Lo resuelto por el organismo electoral constituye un precedente ominoso; sobre todo, para Morena, partido en el poder y al cual la mayoría de los consejeros electorales le dan trato inequitativo; sobre todo, en cuanto a sanciones, como se probó cuando, junto con el TEPJF, le canceló el registro como candidatos a gobernadores a Félix Salgado Macedonio, de Guerrero; y a Saúl Morón, de Michoacán, como en este espacio se ha comentado.
Las causales que invocó eran nimias, pero con apoyo en una ley secundaria procedió en contra de disposiciones constitucionales, que garantizan el derecho de los ciudadanos mexicano a votar y ser votados, si tienen sus derechos electorales a salvo.
En la práctica, en esos dos casos que afectaron a los citados cuadros de Morena, tanto el INE como el TEPJF usurparon funciones de los jueces, porque sólo ellos pueden declarar privados de sus derechos a los mexicanos. A eso equivalió la prohibición de que Salgado Macedonio y Morón fueran excluidos de la posibilidad de ser candidatos.
Con esos antecedentes y muchos más, como los que se sentaron en las elecciones municipales mexiquenses, en las que el TEPJF revocó la anulación de elecciones en donde habían ganado algunos el PRI y el MC, pero confirmó la nulidad en municipios donde ganaron cuadros de Morena.
En estas condiciones, debe preocupar el comportamiento faccioso del INE y que, en el caso de Sheinbaum, no le permite defender a la cuarta transformación más allá de la militancia de su partido, justamente en donde no se necesita esa defensa, y se impide que defienda y destaque los logros de su partido entre la población ajena a las filas de Morena.
El INE sostiene que las actividades abiertas de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México rompen en forma anticipada la equidad de la contienda presidencial del próximo año, cuando el PRI, PAN y PRD hacen lo mismo y más, como es el caso de la coordinadora del “Frente Amplio por México”, Xóchitl Gálvez, quien cobra como senadora y hace campaña electoral desde la tribuna del Senado, mientras la morenista desde hace meses dejó su cargo de gobernante y no tiene ingresos provenientes del erario.
Los panistas que fungen como consejeros del INE y magistrados del TEPJF, llegado el momento, serán capaces de anular el registro de la candidatura presidencial de Sheinbaum, como lo hicieron con Félix Salgado y Raúl Morón, con cualquier pretexto, pues lo que después de resolver que no debe defender a la cuarta transformación más que entre sus correligionarios, toda ilegalidad es posible.