INSEGURIDAD PÚBLICA, OTRO
RETO PARA LA GOBERNADORA
NAUCALPAN Y TOLUCA, ENTRE LAS 6 CIUDADES
DEL PAÍS DONDE LA POBLACIÓN TIENE MÁS MIEDO
Como si no hubiese encontrado una entidad federativa ya con otros grandes y graves problemas, la gobernadora Delfina Gómez Álvarez también deberá enfrentar el difícil tema de la inseguridad pública en sus dos vertientes: el de la delincuencia organizada, y el de las actividades de la delincuencia hormiga, muy extendida.
Esta última tiene la agravante de utilizar violencia contra las víctimas, como lo prueban los datos estadísticos del INEGI, difundidos en la principal nota de portada de “El Espectador” de esta semana; es decir, ponen en riesgo la vida de los afectados, como no ocurre en otras entidades del país.
El porcentaje de delitos cometidos con violencia es el más alto del país. En realidad es baja la porción en los cuales los delincuentes no recurren a armas de fuego o blancas para someter a ciudadanos y ciudadanas pacíficas, la mayoría de las veces pertenecientes al segmento poblacional de bajos ingresos, como son los casos de quienes son despojados de dinero, teléfonos celulares y otros objetos personales en el interior de los vehículos del servicio de pasajeros.
INEGI difundió este dato preocupante por cuanto significa en términos de riesgos para la vida e integridad física de los transportistas: de 2 mil 796 robos perpetrados en el período enero-septiembre de este año, en 2 mil 414 los delincuentes utilizaron la violencia para someter a sus víctimas.
Sólo en 382 no se usaron armas de fuego o blancas al perpetrar los robos, lo cual indica el alto porcentaje de casos en los que se utilizó la violencia en la comisión de este delito, como ocurre en otras entidades del país, incluyendo a las más violentas, con fuerte presencia del crimen organizado y numerosos delitos de alto impacto.
Atender y erradicar este tipo de delitos y violencia es ya una tarea descomunal, que debe hacer la mandataria, la primera mujer en la historia en ocupar el cargo, y a lo cual se comprometió desde su campaña electoral, pues recuperar la tranquilidad y seguridad pública es de las aspiraciones y necesidades más sentidas por los más de 17 millones de mexiquenses.
Otro de los delitos que con mayor frecuencia sufren los mexiquenses y explican la elevada porción de los mismos viviendo con miedo y sintiendo temor al salir a las calles es el robo a transeúntes en vías públicas; es decir en calles de ciudades del Estado.
De acuerdo con la información estadística del INEGI sobre el tema, en los 9 primeros meses de este año se denunciaron 13 mil 830 ilícitos de este tipo, de los cuales en 11 mil 696 se recurrió a la violencia contra las víctimas, muchas veces sin que opusieran resistencia; es decir, se trató de violencia innecesaria inclusive desde la lógica de la delincuencia.
El 84 por ciento de los delitos de robos en las vías públicas se perpetró con violencia; sólo en el 14 por ciento no ocurrió así, lo que representa mucho riesgo a la integridad física, inclusive para la vida de las víctimas. Y esta dura realidad la heredaron y ahora debe solucionar la gobernadora Gómez Álvarez.