COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
PANDEMIA DE COVID-19, GUERRA RUSIA-UCRANIA Y
ESPECULACIÓN, FRENAN LUCHA CONTRA POBREZA
Los problemas ocasionados en el mundo por la pandemia de Covid-19 tuvieron sus más devastadoras y dolorosas expresiones en el fallecimiento de millones de persona -lo más lamentable, y por mucho, fue esa pérdida de vidas-, pero los efectos desastrosos se extendieron a la economía de las familias sobrevivientes.
Muchas de las víctimas fatales eran el único sostén económico de sus hogares, y al morir; sobre todo, los de bajos ingresos, dejaron en la indefensión y comprometido el futuro de sus hijos. Éstos han perdido la oportunidad de estudiar y prepararse para hacer frente a la vida en condiciones ventajosas, porque no contarán con las herramientas del conocimiento para ello.
Terminó la pandemia y llegó la desatención de la opinión pública planetaria y de los gobiernos, pero sus efectos persisten en los niveles de bienestar, porque como lo advirtió un estudio del Banco Mundial (BM), desde la declaración de la emergencia sanitaria mundial por la pandemia, entre el 2020 y el 2023 se estancaron los efectos de la lucha contra la pobreza extrema.
A nadie en las potencias económicas parece preocupar y, menos, ocuparle la pavorosa realidad revelada por el Banco Mundial: hay 700 millones de personas en el mundo en condiciones de pobreza extrema, cuyo ingreso diario no llega a 2.2 dólares; es decir, no alcanza ni 40 pesos.
Los menos afectados por la pobreza extrema del planeta representan el 50 por ciento de la población total, y su ingreso promedio es de 6.85 dólares diarios; es decir, 126 pesos, de acuerdo con el análisis de expertos de la sección de economía y finanzas de “El Espectador”.
El organismo financiero mundial lanzó la voz de alerta sobre el futuro de la población pobre del mundo, al no alcanzarse la meta de reducir al mínimo la pobreza extrema para el año 2030.
Pero los estragos ocasionados por la pandemia de Ciovid-19 y los efectos de la guerra Rusia-Ucrania (no se puede medir todavía el de la guerra Israel-Palestina), más la especulación del comercio y especialmente del depredador capital financiero mundial, seguirán para el 2030.
Para entonces, en lugar de reducirse la pobreza extrema en el mundo, como era la meta de todos los países, existirán 600 millones en esas condiciones, en lo que debería ser una vergüenza de las potencias económicas, porque ahora existen condiciones para producir todos los alimentos que necesita la población del planeta, y si se generan, los especuladores de este mercado prefieren dejar que la comida caduque y después tirarla a la basura, en lugar de donarla a los más pobres.
La mezquindad es tanta en este tema, que ni siquiera pueden argumentar que no pueden reducir sus mercados, porque esos centenares de millones de seres humanos en pobreza extrema no son, ni serán, dolorosa y desafortunadamente clientes, pues no tienen, ni tendrán ingresos para comprar los alimentos que necesitan. Estos problemas no se debaten para buscarles solución, porque domina la mezquindad y la rapacidad de las grandes corporaciones empresariales globales.