COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
EBRARD, DEL “NO ME VEO EN MORENA”, DICHO EN 2013, AL
“YO NO TENGO YA CABIDA EN MORENA”, ADVERTIDO EN 2023
Poco se sabe o habla al respecto, pero Marcelo Ebrard lleva apenas 16 meses como miembro de pleno de derecho del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORNA). Estuvo sin partido desde el 2015, cuando renunció al PRD. Adquirió de nuevo militancia partidista en julio del 2022. Y su rechazo a este partido en cuyo gobierno federal fue secretario de Relaciones Exteriores, lo expresó en febrero de 2013, al señalar: “Yo no me veo en Morena”, cuando todavía no contaba con registro oficial.
El Movimiento de Regeneración Nacional se constituyó en 2011 (cuando el personaje era jefe de Gobierno de la Ciudad de México) como asociación civil, y fue hasta 2014 cuando obtuvo inscripción en el IFE como partido político, con las siglas que todos conocemos, y en sólo 4 años de vida institucional ganó la presidencia de la República, y a los nueve había conquistado 23 gubernaturas y la mayoría de las representaciones populares de las entidades federativas.
Marcelo Ebrard volvió a expresar su ajenidad a Morena este año, en septiembre, después de perder frente a Claudia Sheinbaum las encuestas para elegir titular de la coordinación de los comités de defensa de la cuarta transformación en el país. En una de sus muchas declaraciones descalificatorias del trámite del proceso interno de Morena y sus aliados, volvió a fijar su futuro político en la organización que fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Advirtió que si no se reponía el proceso, él dejaría al partido guinda, porque “ya no tengo cabida en Morena”, partido al cual se afilió nueve años después de fundado. Es de los morenistas de última hora, oportunistas, y solo por su ambición de ser candidato presidencial, a lo que no podía aspirar si no estaba afiliado; es decir, no participó en la fundación del partido gobernante, ni buscó afiliarse sino hasta que Morena se convirtió en su única posibilidad de ser candidato presidencial.
En este espacio hemos comentado cómo Ebrard formó parte del primer círculo de admiradores y operadores políticos de Carlos Salinas de Gortari, en cuyo gobierno figuró en altos cargos del gobierno del entonces Distrito Federal, que no era entidad federativa y los presidentes de la República nombraban a sus autoridades. Terminó ese sexenio como subsecretario de Relaciones Exteriores, misma dependencia que encabezó desde diciembre de 2018 hasta junio de este año.
En realidad Ebrard nunca ha sido de izquierda ni ha participado en esfuerzos organizativos para fundar partidos de esa tendencia ideológica. Se afilió al PRD cuando este partido llevaba 16 años de vida; y a Morena, cuando ya había ganado la presidencia de la República y 23 gubernaturas y tenía 11 años con registro electoral, y fue sincero cuando dijo “no me veo en Morena”, sobre todo porque no ganó la candidatura presidencial, pero no sólo por eso.
Narramos también aquí que Ebrard y Manuel Camacho Solís fundaron el Partido del Centro Democrático (PCD) para oponerlo al PRD, y que el segundo fue candidato presidencial y el primero a jefe de Gobierno del Distrito Federal en el 2000, pero no tuvieron apoyo, y antes de la elección de ese año el ahora ex titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores declinó y se sumó a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, sin ser miembro del PRD.
La verdad es que no estará cómodo en Morena, pero se quedó porque ya no tiene partido dónde refugiarse. Su propia declaración de que sus seguidores son la segunda fuerza molestó a los morenistas de siempre, porque los estatutos del partido guinda prohíben los grupos, corrientes o fuerzas internas, como lo aclaró la propia Claudia Sheinbaum, quien explicó el martes de esta semana que Morena es una sola fuerza y que esta fuerza no se fracciona.