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Coordenadas Políticas – Macario Lozano – ‘Alito’ Sepulturero del PRI; Zambrano, del PRD

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COORDENADAS POLÍTICAS

MACARIO LOZANO R.

“ALITO”, SEPULTURERO DEL PRI; JESÚS ZAMBRANO, DEL PRD

Desde hace unos 30 meses en el PRI existe la sospecha de que su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, está al servicio del presidente Andrés Manuel López Obrador y de Morena, con la encomienda de destruir a ese partido y debilitar a la oposición nucleada en el ahora Frente Amplio por México. Esta percepción se ha fortalecido con las decisiones relevantes tomadas por el exgobernador de Campeche, en perjuicio del antes invencible tricolor.

Sus actos robustecen esa presunción de que el representante del priismo nacional ha fortalecido al gobierno del presidente López Obrador y debilitado las posibilidades de triunfo del Frente en el cual el PRI forma parte, pues en el proceso para elegir coordinadora del FAM por México inexpicablemente renunció a las posibilidades de que esa responsabilidad quedara en manos de Beatriz Paredes Rangel, ex dirigente nacional de los priistas, ex gobernadora de Tlaxcala, actual senadora y con una larga carrera partidista.

Con ello “Alito”, como le gusta que le digan, contribuyó a elevar las posibilidades de triunfo de Morena y sus aliados y, al mismo tiempo, renunció a toda posibilidad de que su partido reconquistara la presidencia de la República, porque no tendrá candidata de sus filas, sino de las del PAN, su adversario ideológico histórico, fue fundado precisamente para combatir al gobierno del antecesor del PRI, el del presidente Lázaro Cárdenas.

Muchos cuadros priistas, en la clásica línea del “mal de muchos, consuelo de tontos”, sostienen que peor está el caso del PRD, dirigido por el ex guerrillero Jesús Zambrano, quien combatió con las armas en las manos al régimen del PRI y ubicó al PAN como adversario ideológico derechista. Pero son situaciones distintas: Zambrano es el sepulturero del partido del sol azteca, pero éste nunca gobernó al país, y ahora busca sólo sobrevivir con esas siglas, pero más que eso, se aferra a las prerrogativas que le otorgan el INE y los organismos electorales administrativos de las 32 entidades federativas. Y en ese objetivo, no le importa prostituirse políticamente.

El PRI, en cambio, tiene una mayor estructura directiva territorial en la República que la del PAN, aunque con Moreno Cárdenas ha perdido todas las elecciones en los estados donde gobernaba, con excepción de Coahuila, pero esta entidad federativa la cogobernará ahora que concluya el sexenio de Miguel Ángel Riquelme con el PAN y el PRD, no como partido individual.

También será parte de la alianza gobernante en Durango y Aguascalientes, con el caso notorio de que en las antepenúltimas elecciones estatales su aliado el PAN ganó donde prescindió del priismo, y perdió en las que fue apoyado por el tricolor; es decir, mientras el panismo es gobierno en Yucatán, Querétaro, Guanajuato y Chihuahua, el PRI sólo tiene por unos días más a Coahuila, luego la cogobernará con el PAN y el PRD, en una situación impensable todavía antes de junio de 2018.

Y menos podía imaginarse esta situación a principios de 1989, cuando tenía en su poder las 32 entidades federativas, y su presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, ordenó que su partido hiciera todo lo necesario para que el PAN triunfara en Baja California, en pago por haberle reconocido su triunfo sobre Cuauhtémoc Cárdenas.

El PRI, quien hasta la primavera de 1991 no había perdido una elección de senador o senadora, ahora tiene sólo 7 escaños senatoriales, y algunos son de primera minoría o de representación proporcional. Todo ello afianza en un amplio segmento del priismo nacional la creencia de que Moreno Cárdenas está al servicio del partido gobernante.

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