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Prensa Oportunista y Carroñera – Jairo A. Tell

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Joaquín López Dóriga. Foto: Internet.

PRENSA OPORTUNISTA Y CARROÑERA…La percepción de la opinión pública.                        

Jairo A. Tell

Para Ripley, condenable fue el comportamiento de los miembros de la derecha recalcitrante, apoyada por los medios informativos, utilizaron la desgracia de nuestros hermanos guerrerenses para sacar raja política; golpearon al gobierno de la 4T y al presidente Andrés Manuel López Obrador. A raíz de la tragedia que trajo consigo a Acapulco y Coyuca de Benítez el huracán Otis allá en el sur de la República Mexicana, los carroñeros miembros de la prensa vendida o alquilada ni tardos, ni perezosos emprendieron una campaña de mentiras y manipulación para tratar de desacreditar las acciones que el gobierno en turno ha emprendido para tratar de poner de pie a la joya del pacifico como lo es Acapulco y sus poblaciones circunvecinas. Sin duda la disputa entre el SAT y Ricardo Salinas Pliego ha puesto de manifiesto la rabia y el rencor del dueño de TV Azteca en contra de quien considera su principal enemigo.

En el afán de cobrar venganza por la presión que el gobierno ejerce para que pague los impuestos que adeuda al fisco, Salinas Pliego salió por fin de su escondrijo para enfrentar a los “gobiernicolas” que tratan de cobrarle lo que desde los tiempos de Fox, pasando por los gobiernos de Calderón y Peña Nieto se negó a pagar mediante argucias legaloides, hasta llegar al gobierno de la 4T. Cual rijoso de cantina, Salinas emplea todo su poder fáctico mediático para intentar dejar mal parado al gobierno. Por ahora su principal apuesta es que pueda doblar al o la morenista que ocupe la presidencia el próximo año y así salirse con la suya para no pagar los más de 25 mil millones de impuestos, multas y recargos. Pero no es la primera intentona de Salinas Pliego para hacer sentir su “poder” y espantar con el petate del muerto, pues ahí están como antecedentes, el asunto de las vacunas, de los libros de texto gratuito y ahora el triste episodio del desastre provocado por el huracán Otis. El autodenominado “Tio Richie” se quedó en el pasado, cuando se llegó a decir que la prensa y los medios masivos de comunicación eran el cuarto poder, capaces de encumbrar o destruir al personaje que desearan.

Ese cuarto poder era capaz de arrodillar y someter al poder público. Carretadas y carretadas de dinero recibieron los dueños de los medios, principales beneficiados de la corrupción y sus lectores de telepronter, con un ínfimo nivel de conciencia y preparación, que necesariamente repiten como loros, lo que su patrón les ordena. El poder mediático ahora se confabula para tratar de desacreditar y desestabilizar al gobierno mediante sus “campañitas insulsas”, pero ninguna les ha funcionado lo suficiente para que el gobierno en turno doble las manitas. Los otrora “Líderes de opinión” dilapidan miserablemente el poco prestigio que les queda en aras de regresar por sus fueros, adhiriéndose a la extrema derecha que llora y suspira por lo que creen alguna vez fue suyo. Personajes nefastos como Joaquín López Dóriga, Javier Alatorre, Ciro Gómez Leyva, y  Carlos Loret de Mola y más de una veintena de pseudoperiodistas repiten la misma cantaleta ordenada desde las oficinas principales  de sus medios, en un afán de posicionar una idea tendiente a manipular o desvirtuar la información. Como dice el presidente López Obrador, afortunadamente estamos viviendo momentos estelares en que existen las “benditas redes sociales” y cada barbaridad, estupidez o falsedad es desmentida ipso facto, por lo que los miembros de la derecha deberán echarle más sesera para a sus campañas de mentiras. La percepción general de la opinión pública, es que tanto TV Azteca, como Televisa, Imagen o Formula, hace mucho tiempo que dejaron de representar una opción clara de información; razón por la cual día a día pierden audiencia. Lo mismo ocurre con las estaciones de radio: los radioescuchas prefieren programas de música o de entretenimiento en lugar de escuchar las barrabasadas de los locutores de radio que no entienden que su responsabilidad con la audiencia es un servicio meramente social y no factico. Que decir de la prensa escrita, son muy pocos los medios que se salvan, es decir que son las honrosas excepciones pues, ahora por ejemplo regalan como si fueran panfletos los ejemplares de periódicos que antes fueron vanguardia y hoy han sido reducidos a deplorables pasquines, ejemplos de ello sobran, ahí está el “Reforma”, “El Universal”, “Proceso”, que se derechizo y ahora es una publicación del montón. 

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