*Sospecha el pueblo que por corrupción deliberadamente reparan mal los hoyancos.
De la redacción
Si hay un gremio que conoce la percepción ciudadana sobre economía, política, democracia, eficiencia y corrupción, ese es el de los taxistas. Escuchan a los pasajeros hablar de problemas sociales, de inseguridad pública y desempeño de las instituciones públicas.
Además, estos conductores padecen en mayor medida un grave problema en Toluca: el de las decenas de miles de baches que existen en las 2 mil 500 calles de la capital mexiquense, y que deben sortear durante horas de día y de noche.
“No es que no sepan reparar bien los baches. No. Lo que pasa es que repararlos mal es un negocio. Así las empresas encargadas del bacheo, que generalmente son de los amigos de los gobernantes o de su propiedad, manejadas con prestanombres, cobran su buena renta de modo permanente”, explicó José Luís, un taxista con 30 años de servicio en esta urbe mexiquense.
El alcalde Raymundo Martínez Carbajal reconoció en su momento que los baches son la pesadilla de los conductores desde hace medio siglo, y que a él le apodan el “rey de los baches”, pero tiene en marcha un amplio programa de bacheo.
“Aquí padecemos más que nadie los baches, y comprobamos como los reparan mal, con mala técnica y materiales de pésima calidad, para abatir costos y ganar más, porque a pocos días de ser tapados, con los siguientes primeros aguaceros, vuelven a reaparecer y otras vez a cubrirlos y cobrar de nuevo. También las calles repavimentadas recientemente ya tienen baches”, abundó el taxista.
Cómo se entera usted de estos problemas de corrupción, se le preguntó al trabajador del volante, a lo cual respondió. “Nosotros escuchamos platicar a muchas personas sobre muchos problemas, y en el caso de los baches, es generalizada la creencia de que deliberadamente, por corrupción, los reparan mal, por acuerdo entre las empresas encargadas del bacheo y funcionarios corruptos, para hacer negocio”, explicó.
Por eso no hay supervisión eficaz de las autoridades para los trabajos de las empresas, ni para la calidad de los materiales que utilizan, y eso da como resultado la permanente presencia de baches, que nos perjudican a todos porque perdemos tiempo al circular a baja velocidad para librar tantos hoyancos, “y para nosotros perder tiempo es perder dinero”, subrayó el taxista.
Con facilidad de palabra y claridad en la exposición de puntos de vista, José Luis reveló que es contador público, pero conduce el carro de alquiler en su tiempo libre para completar los gastos familiares, ya que tiene dos hijos que todavía cursan sus carreras profesionales, e informó que comenzó a trabajar en su actividad cuando todavía no alcanzaba la condición de adulto, por lo que conoce toda la ciudad y los municipios conurbados. “Antes nadie nos guiaba por donde circular”, concluyó.
