*Del sector salud, el organismo fue el que más privatizó servicios.
De la redacción
De las instituciones públicas de salud, el ISSSTE fue el que más servicios privatizó. Durante el largo período neoliberal el organismo no sólo contrató hospitales con la figura de asociación público-privada (APP), pagados en renta a 20 o 25 años, 15 veces lo que hubieran costado construirlos directamente, sino encargó a particulares casi todo cuanto necesitaba para atender la salud de sus derechohabientes. No sólo estaban las compras de medicinas con exagerados sobreprecios, sino hasta las sillas de ruedas.
El Instituto de Seguridad Social para el Servicio de los Trabajadores del Estado también subrogaba los servicios de farmacias; es decir, instituyó el desabasto institucional deliberadamente, pues a pesar de adquirir los fármacos a precios muy caros, éstos no eran suficientes para surtir todas las recetas. Por corrupción convenían con farmacias privadas la compra de medicamentos, a altos precios. Como parte del mecanismo de saqueo de los fondos públicos.
La privatización de servicios fundamentales incluyó la renta de ambulancias, camillas y hasta sillas de ruedas, con altas ganancias para las empresas proveedoras y para los funcionarios corruptos. De la misma forma la seguridad de las instalaciones se contrataba a empresas particulares, propiedad de amigos de quienes decidían las contrataciones, y también ocurría así con el personal de intendencia, que pertenecían a compañías particulares rapaces.
Tampoco las autoridades del ISSSTE se preocuparon por adquirir equipos para laboratorios clínicos y bancos de datos. Optaron por privatizarlos. A sus aparatos y a propósito no les dieron mantenimiento y se descompusieron para poder justificar la contratación con empresas del ramo. De acuerdo con la información oficial, en el caso de los hospitales particulares rentados al Instituto, operan con personal de éste, pero las rentas de los inmuebles son excesivamente elevadas.
Estos nosocomios están en los planes de compra por parte del gobierno federal, dado que son alquilados mediante contratos abusivos y onerosos, pero legales y deben respetarse. Las opciones son la compra mediante negociaciones, o la reducción convenida de los montos de las rentas anuales, pero la privatización será erradicada y se avanzó mucho ya en este tema, para que el ISSSTE se convierta en la primera institución del sector público de salud en dejar atrás la privatización de servicios.
Parece difícil de creer, pero fue real: el Instituto pudo, pero no quiso comprar ni sillas de rueda y prefirió rentarlas, al igual que las camillas, que son bienes baratos, pero había que obtener ingresos ilícitos por las comisiones cobradas a las empresas, en el mecanismo de saqueo que predominó y dañó al erario.