*Durante 6 años no detectó siquiera a ninguno de los miles de “aviadores”.
De la redacción
Miles y miles de “aviadores” mexiquenses, una de las vertientes del fenómeno corrupto y corruptor del Estado de México, durante años ha cobrado sin trabajar, pero en la pasada administración y en el colmo del cinismo y la vocación delictiva sin riesgos, recibieron pagos por horas extras. El Sistema Anticorrupción, próximo a desaparecer, no los detectó. Mucho menos los denunció penalmente.
No les bastó saquear, a escala, las finanzas públicas con el cobro de sueldos no desquitados, sino también cobraron aguinaldos, vacaciones, a la que tienen derecho sólo los que trabajan, sino también la prima vacacional, una prestación adicional, anual, para quienes cumplen un horario en el servicio público.
Para evitar la corrupción en todas sus modalidades se creó un Sistema Anticorrupción del Estado de México, que a comenzó a operar cuando la Legislatura Local le había otorgado impunidad al gobernador Eruviel Ávila Villegas y a todos sus colaboradores, a jueces y magistrados del Poder Judicial, a legisladores locales, a miembros de los 125 ayuntamientos, de los organismos autónomos y auxiliares del gobierno estatal y de los municipios.
Como aquí se informó en su oportunidad, para crear el Sistema Anticorrupción del Estado de México se reformó la Constitución Política Local, pero la trampa para otorgar impunidad se dio en la reforma al Código Penal del Estado de México.
Se abrogó el catálogo de los delitos de corrupción en sus distintas modalidades y se creó otro, que adicionó tipos de ilícitos en la materia, pero en la misma reforma se estableció que los delitos anteriores a la entrada en vigor de los cambios a la legislación penal, serían investigados y sancionados con la anterior Código Penal, pero sólo si ya tenían denuncias formales.
El problema de la impunidad otorgada consistió en que no había denuncias de corrupción contra servidores públicos, y toda la corrupción perpetrada hasta antes de expedirse los cambios para crear el Sistema Anticorrupción quedó impune, pues aun cuando se encontraran después delitos de este tipo, no podían castigarse, porque fueron abrogados por la reforma, y el nuevo catálogo no podía aplicárseles, porque la ley no puede aplicarse retroactivamente.
En este contexto se creó el Sistema Anticorrupción del Estado de México, cuyos mandos también violaron la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, porque se fijaron sueldos superiores a los del presidente de la República, sin ofrecer resultado socialmente útiles. Y por inservible socialmente, desaparecerá.
La prueba más contundente de su inutilidad es que no hay un solo funcionario, alto, medio o inferior, preso por corrupto. No detectó siquiera a un triste “aviador” o “aviadora”, a pesar de que sumaban miles y miles al terminar el sexenio del gobernador Alfredo del Mazo Maza. Y menos descubrió la descomunal corrupción en otras modalidades.