COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
DAÑÓ REYES RODRIGUEZ CREDIBILIDAD DEL
TEPJF, AL PONERLA AL SERVICIO DEL PANISMO
Reyes Rodríguez Mondragón dejó la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), obligado por la mayoría de sus pares, quienes le perdieron la confianza. Nunca debió haber encabezado esa máxima autoridad jurisdiccional en materia de elecciones, porque le hizo mucho daño como magistrado, pero más como su cabeza. La dejó dividida, como se probó en actos protocolarios importantes.
Cuando rindió su último informe en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sólo asistieron él, como informante, y su único respaldo, Jeanine Otálara. No lo acompañaron los magistrados Felipe Fuentes, Felipe de la Mata ni Mónica Soto, quién ahora es la presidenta, por la renuncia obligada del panista.
La división tuvo otra expresión cuando Mónica Soto rindió protesta y se efectuó la primera sesión del año del TEPJF: no estuvieron presentes en la ceremonia protocolaria Reyes Rodríguez, de Jeanine Otólara, aunque ésta se incorporó después a los trabajados ordinarios de la autoridad que se encarga de resolver, como última instancia, los problemas que se presentan en materia electoral federal y locales.
El mayor daño ocasionado por el ahora expresidente del TEPJF fue su comportamiento faccioso, que lo condujo a comportarse no como un magistrado imparcial, objetivo, apegado a la legalidad, sino como un activista del PAN, en cuyos gobiernos se formó como servidor público y de los que recibió apoyo para escalar posiciones, hasta ocupar la magistratura actual, mediante acuerdos del panismo con el priismo.
Influyó mucho en fallos contrarios a la Constitución, como fueron las cancelaciones de las precandidaturas morenistas a gobernadores de Guerrero, Félix Salgado Macedonio; y Raúl Morón, de Michoacán. Por no rendir informes sobre gastos que no pasaron los 30 mil pesos el Tribunal avaló esas medidas tomadas por el INE. Anuló el derecho constitucional de los dos políticos a ser votados, lo cual sólo puede hacerse si lo determina una autroridad judicial, después de que se agoten todas las instancias y la privación de ese derecho sea irreversible.
Ambos precandidatos eran fuertes favoritos para arrebatarles las gubernaturas al PRI y al PRD, en ese orden, y Reyes Rodríguez maniobró para favorecer a esos partidos, que formaron y forman parte de la alianza electoral que encabeza el PAN, del cual es cuadro de “clóset”. De todos modos, quienes relevaron a los defenestrados triunfaron ampliamente, y de nada le sirvió al panismo el apoyo de su militante “vergonzoso”.
En el Estado de México, la Sala Regional de Toluca del TEPJF le devolvió el registro a Nueva Alianza, que lo perdió por no alcanzar el 3.0 por ciento de la votación válida en la elección de gobernadora. Ese falló anuló un acuerdo del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) sobre la pérdida de registro, lo que confirmó el Tribunal Electoral del Estado de México (TEEM). La devolución del reconocimiento oficial de NAEM se consumó después de una comida del dirigente estatal de la organización partidista minoritaria, precisamente, con Reyes Rodríguez Mondragón, en un lujoso restaurante de la Ciudad de México.
Como en esta plataforma digital se ha difundido; NAEM, que integró la coalición “Va por el Estado de México”, con el PRI, el PAN y el PRD, obtuvo directamente poco más de 87 mil votos, y con los votos compartidos con sus aliados no llegó a 125 mil votos, que representaron el dos por ciento de la votación válida, cuando para conservar el registro requería el 3.0 por ciento, equivalente a 187 mil. Aun así, con Reyes Rodríguez Mondragón al frente, el TEPJF le devolvió el registro. Resoluciones violatorias de las leyes y la Constitución abundaron, y siempre fueron a favor del PAN y sus aliados y en contra de Morena, y dañaron la imagen de la institución. Esa es la herencia dejada.