De la redacción
Esta mañana dejó de existir Carlos Rojas Gutiérrez, un eficaz, honesto y socialmente sensible político y servidor público oriundo del Estado de México. Fue singular, porque a pesar de haber manejado miles y miles de millones de pesos y de servir a uno de los gobiernos más corruptos en más de un siglo, como lo fue el de Carlos Salinas de Gortari, jamás tuvo señalamientos de actos de corrupción.
No se le conoció una gran fortuna y, después de ocupar relevantes posiciones de poder, tuvo una vida discreta, modesta, ajena a los lujos. Era esposo de la senadora morenista Mónica Fernández Balboa, quien fue presidente de la directiva del Senado de la República y no quiso buscar una candidatura para gobernadora. Adujo que tenía problemas familiares de salud, pero no trascendió que Rojas Gutiérrez estuviera gravemente enfermo.
Falleció a los 69 años, víctima de cáncer. Fue diputado federal y senador, secretario general del CEN del PRI, y y en 1993 fue de los fuertes favoritos para la candidatura del PRI para gobernador del Estado de México, dado su origen familiar en San Francisco Tepexaxuca, comunidad perteneciente a Tenango del Valle. Ese proceso interno lo ganó Emilio Chuayffet Chemor.
El político fue el responsable del diseño y ejecución del programa social insignia de Salinas de Gortari: el Programa Nacional de Solidaridad Social (PRONASOL), donde manejo miles y miles de millones de pesos. Fue subsecretario de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), y cuando el titular de la dependencia, Luis Donaldo Colosio Murrieta, fue postulado candidato presidencial, lo relevó como cabeza de la dependencia, donde estuvo hasta 1998, ya con Ernesto Zedillo Ponce de León en la presidencia de la República.
Su hermano mayor, Francisco Rojas Gutiérrez, fue igualmente miembro del gabinete de Miguel de la Madrid Hurtado, como secretario de la Controlaría; y con Salinas de Gortari fue director general de PEMEX. Buscó en 1987 igualmente la postulación del PRI para gobernar la entidad mexiquense, pero perdió la lucha interna frente a Mario Ramón Beteta.
Carlos Rojas Gutiérrez dejó un sentido mensaje a sus amigos: “Llegamos hasta donde se pudo. Nos Vamos sin dolores, ni sufrimientos, más bien marchamos con alegría, contentos de haber hecho siempre lo que nos tocaba, lo que nos gustaba: los voy a extrañar. Nos vamos agradecido con la vida por la generosidad con que nos trató y más aún, por coincidir con ustedes. Muchas gracias”. También tuvo frases de agradecimiento con el equipo médico que lo atendió. ¡Descanse en paz!
