*Los siguientes tres sexenios no tendrán problemas por falta de petróleo.
De la redacción
Las reservas de petróleos del país son suficientes para satisfacer las necesidades de los próximos 18 años; es decir, los siguientes tres sexenios, informó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario sostuvo que de haber seguido la declinación de la extracción de crudo, como fue la tendencia después del 2004, en estos momentos se estaría importando petróleo crudo para refinar. Criticó el fracaso de la política petrolera neoliberal, cuya producción bajó del tope máximo de 3 millones 400 mil barriles diarios en el 2004, durante el gobierno de Vicente Fox Quesada, a un millón 700 mil; es decir al 50 por ciento.
La errática política en la materia privilegió la exportación de crudo y la importación de gasolinas contribuyó a las malas condiciones financieras de Petróleos Mexicanos (PEMEX), que al terminar el sexenio de Enrique Peña Nieto acumuló una deuda de más de 129 mil millones de dólares. Octavio Romero Oropeza, director general de la principal empresa pública de México, cuestionó que la oposición denuncie el endeudamiento de PEMEX, cuando fueron sus gobiernos quienes comprometieron la situación financiera.
Recordó que gracias al buen manejo de las finanzas y al aprovechamiento del crudo, cuya refinación aumentó al doble, con la consiguiente reducción de las importaciones de gasolinas, la deuda de PEMEX bajó a menos de 107 mil millones. No creció, como se sostiene, sino al contrario. Exportar crudo y comprar gasolinas en el exterior sólo tenía sentido y reportaba beneficios para los funcionarios corruptos, pues era ilógico que contando con seis refinerías, las tuvieran trabajando, en promedio, al 35 por ciento de su capacidad y se importara el combustible.
El descuido fue deliberado, para quebrar a Petróleos Mexicanos y rematarlo, en la estrategia de privatizar todo, aplicada por los gobiernos neoliberales, aseveró, por su parte, el presidente López Obrador. Por la misma razón, en más de 40 años no se construyó una refinería. La última que se inauguró fue la del puerto de Salina Cruz, y no se le daba mantenimiento, ni se rehabilitaba.
El gobierno de Peña Nieto reconfiguró tres refinerías, con una fuerte inversión: Madero, Cadereyta y Minatitlán, con la paradoja de que producían menos gasolinas que las que no se modernizaron. Incluso La de Madero, ubicada en el estado de Tamaulipas, estaba parada, no obstante la inversión hecha para hacerla producir más.