*Ahora no es excepción, sino la regla que menores y mujeres delincan.
De la redacción
Desde hace varios años, pero especialmente en los últimos tres, en el Estado de México creció mucho la presencia de menores de edad y de mujeres en actividades delictivas de la delincuencia organizada en las ciudades y poblaciones rurales.
Los reportes de las fuerzas de seguridad estatales y federales reflejan este fenómeno, desconocido antes, y lo confirma el aumento de la población femenil en los penales de la entidad mexiquense, según un seguimiento de “El Espectador” al tema.
El problema se agrava, como lo indican las capturas de células criminales. Antes entre las detenciones no incluían menores de edad, ni mujeres y ahora se presentan casos en los cuales la mitad o más corresponden a adolescentes y mujeres.
Un caso preocupante por su gravedad, connotación y denotación fue el ocurrido el 23 de este mes en Ixtapan de la Sal. Elementos de la Secretaría de Seguridad detuvieron en Ixtapan de la Sal a un grupo de 4 presuntos delincuentes.
Del grupo capturado, sólo uno, de nombre Roberto “N”, es mayor de edad. Los otros tres son adolescentes de sólo 16 años; es decir, salvo el adulto, el resto del grupo estaba integrado por menores de edad.
La información oficial destaca que estas personas estaban al servicio de la banda delictiva organizada conocida como “La familia michoacana” y tenían a su cargo la venta y distribución de drogas al menudeo.
De la misma forma, el adulto y los tres menores integraban la estructura dedicada a neutralizar la capacidad de las fuerzas de seguridad en su lucha contra la delincuencia organizada en el sur, pues monitoreaban los movimientos de los cuerpos de seguridad y avisaban cuando se aproximaban a los sitios donde se refugian los sicarios y los mandos de la banda.
La Secretaría de Seguridad informó que al caso de la célula delictiva capturada en Ixtapan de la Sal, en una comunidad rural llamada “El Abrojo”, le decomisó drogas y un equipo de radio transmisores, además de tres celulares. Se transportaban en dos motocicletas sin placas de circulación, que también fueron aseguradas.
El escenario de las aprehensiones también indica un cambio negativo en la modalidad del narcomenudeo. Esta actividad delictiva antes se desarrollaba en las ciudades y ahora ya se expandió a las comunidades rurales; es decir, están enviciando los jóvenes campesinos, según el análisis de “El Espectador”.
Los menores son utilizados por las organizaciones delictivas porque esta condición de edad no permite aplicarles elevadas penas de prisión. Los enjuician tribunales especiales que aplican sanciones no mayores a 5 años de privación de la libertad, que cumplen en refugios especiales para menores, pero el problema mayor es que los criminales los están induciendo a delinquir.