*Los cortes al suministro han sido demasiados y muy prolongados, la población no está acostumbrada a ello.
De la redacción
Pipas cargadas de agua para vender a los hogares circulan en cantidades nunca antes vistas en Toluca, la capital mexiquense. Este fenómeno era común en tiempos de estiaje en colonias de la Ciudad de México y en municipios mexiquenses de la región, pero no se presenciaba, ni padecía en la capital del Estado de México.
El régimen de lluvias se ha alterado gravemente, especialmente en la parte alta del Río Cutzamala, afluente del Balsas y de donde se capta agua para el Sistema Cutzamala, que abastece a parte de la población de Toluca, la Ciudad de México y las demarcaciones mexiquenses de la Zona del Valle de México. En la última temporada de lluvia las precipitaciones fueron escasas, por lo cual las presas del Sistema Cutzamala tienen un bajo almacenamiento y se redujeron los volúmenes que suministra.
Toluca, en un alto porcentaje satisface sus necesidades de agua potable del Sistema Cutzamala. Sus pozos profundos aportan un porcentaje menor del consumo, pero siempre había podido sortear más o menos bien los estiajes. Ahora la situación hizo crisis y ante ello las familias se ven obligadas a contratar pipas para llenar sus tinacos y cisternas para el uso esencial.
Se organizan por grupos, para pagar el agua que reciben de las pipas. Algunas zonas de la ciudad capital del Estado de México por primera vez compran agua a los “pipeperos”, lo que desde años es “normal” en municipios del Valle de México. En una paradojo cruel, los cortes del suministro de agua a los domicilios coinciden con el período del pago anual adelantado del servicio, que acostumbra hace un alto porcentaje de los usuarios, quienes ahora deben pagar al ayuntamiento y hacer desembolso para comprar el vital líquido a los que la distribuyen en pipas.