COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
TRES DÉCADAS DEL ASESINATO DE LUIS
DONALDO COLOSIO, CANDIDATO DEL PRI
Próximo a cumplirse 30 años de la ejecución de Luis Donaldo Colosio Murrieta, en los medios se están reviviendo aspectos de este crimen que, en su momento, fueron minimizados o claramente desechados por las autoridades judiciales de ese entonces y por los propios medios, cómo es la participación de un supuesto segundo tirador; es decir, de alguien más aparte de Mario Aburto Martínez, preso como único responsable material e intelectual del caso.
Colosio Murrieta recibió dos balazos: uno en la cabeza y otro en el estómago. Esto no es hipótesis, sino comprobado pericialmente. También se demostró que las heridas eran de diámetros diferentes; es decir, debían corresponder a proyectiles de diferente calibre y, por tanto, a dos armas diferentes.
En la manipulación de las investigaciones se concluyó que esa diferencia fue por la posición del cuerpo de la víctima al momento de los disparos con una única y sola arma. También generó dudas que los escoltas de Colosio no hubieran evitado que Aburto se acercara al candidato y pudiera acercarle el arma hasta la cabeza y disparar a quemarropa.
En el video del caso se observa cómo se abre paso con el arma frente al rostro de dos de los principales escoltas, sin que éstos intentaran desviar la mano, o reaccionaran para evitar el disparo. Además se trataba no de una pistola semiautomática, sino de un revolver, por lo que el asesino no podía disparar dos veces en fracciones de segundo.
Y menos, hacer un segundo disparo de frente cuando estaba atrás de la víctima. También está el caso de un agente del Cisen, quien tenía sangre en su ropa y que se identificó como la del candidato presidencial, pero oficialmente se manejó que fue debido a que éste ayudó a sacarlo del lugar.
Posteriormente, en las sucesivas reconstrucciones de hechos se comprobó que no apoyó en dicha tarea, y ahora se está manejando que ese agente del Cisen fue sacado, rescatado, del lugar por Genaro García Luna, quien era el jefe de dicho agente.
El caso dará mucho de qué hablar por el momento político actual; es decir, por tratarse de un año con elección presidencial en curso, y porque las circunstancias sociales y políticas han cambiado en favor de las posibilidades del esclarecimiento y transparencia de un caso que dañó política, económica e institucionalmente al país.