*La clase política morenista del municipio revive las peores prácticas del PRD.
De la redacción
Los peores vicios del PRD, como la lucha a muerte entre sus tribus por las candidaturas, y que lo condujeron a convertirse actualmente en ese partido que vegeta a la sombra del PRI y del PAN para no perder su registro y prerrogativas, reaparecieron en el morenismo de Ecatepec, por la candidatura a la alcaldía. La división y virulencia con la cual se expresa preocupan al gobierno estatal, de extracción morenista.
Ya intervino el secretario general de Gobierno, Horacio Duarte Olivares, para poner orden y evitar el debilitamiento del partido en ese municipio, el más poblado del Estado de México. Se reunió con las cabezas de los dos bandos de experredistas, la diputada Azucena Cisneros Coss y el alcalde Fernando Vilchis Contreras. La primera y la esposa del segundo quieren ser a como de lugar la candidata a presidenta municipal, para lo cual sostienen una guerra “sucia”, mucho peor que si la contraparte fuera del PRI o del PAN.
En esta lucha interna propia del ahora desprestigiado perredismo, donde militaron y fueron protagonistas ambos grupos, al presidente de Ecatepec lo acusan de nepotismo en favor de familiares directos y políticos, mientras que en un medio de circulación se difundió que la legisladora tiene vínculos con la delincuencia organizada.
Morena no corre riesgos de perder Ecatepec, porque la oposición prácticamente no existe. El principal jefe del priismo, el senador y ex mandatario estatal, Eruviel Ávila, dejó al tricolor y se afilió al PVEM, y quienes fueron sus aliados, protegidos y caciques del PRD en la demarcación, los hermanos Martínez Vargas, volvieron a Morena, con el respaldo del senador Higinio Martínez Miranda.
El problema para el partido guinda consiste en que su fractura y pleitos clásicos de las tribus perredistas pueden hacerle caer su votación en las elecciones presidencial, para senadores, diputados federales y locales, y de ayuntamiento, en unos procesos en los cuales estará en juego la consolidación y fortalecimiento o el frenó y reversión del movimiento de transformación nacional.
La ambición por el poder del morenismo de Ecatepec es la razón de esta disputa ajena a toda civilidad, y obliga esas reuniones de Duarte Olivares con las cabezas visibles de las dos tribus morenistas, formadas en el PRD con esos mismos rabiosos métodos de lucha interna y con una enjundia que no mostraban frente a los adversarios externos, lo cual condujo a este partido a su actual lastimosa situación, pero parecen olvidar los ahora morenistas de ese municipio poblado, pobre y con numerosos problemas.
Ahí, en Ecatepec, los morenistas no necesitan enemigos para perder simpatías, porque adversarios externos no tienen, pero con la rabia que muestra un grupo contra otro es suficiente para que disminuya su votación y encone los ánimos al interior del movimiento que fundó el presidente Andrés Manuel López Obrador.
