COORDENADAS POLÍTICAS
MACARIO LOZANO R.
EL SILENCIO CÓMPLICE DE OCCIDENTE ANTE EL GENOCODIO EN
GAZA Y LA DESMESURA ANTE LA MUERTE DE OPOSITOR RUSO
Los Estados Unidos aplicaron el martes una vez más en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas su derecho al veto, a una resolución que ordenaba el cese inmediato del genocidios que comete en la Franja de Gaza el gobierno israelí de Benjamín Netanyahu. La destrucción de ese enclave palestino ocasionó ya la muerte de más de 30 mil civiles, de los cuales más de 17 mil son niños, niñas, mujeres y ancianos ajenos al conflicto.
Estados Unidos se quedó solo en su apoyo al genocidio, al cual contribuye también con su apoyo militar a Israel para que masacre a la población civil asentada en la Franja de Gaza, destruya infraestructura de salud, de servicios básicos como la energía eléctrica y la ayuda humanitaria de alimentos, en el peor genocidio perpetrado desde el que cometió Adolfo Hitler contra los judíos en Alemania.
De los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, 13 votaron por el cese inmediato del genocidio. Sólo Estados Unidos lo hizo en contra y ejerció su derecho al veto, para dejar sin efecto lo aprobado, y que interpretó el sentido de la población mundial. El Reino Unido se abstuvo de votar, y con ello la posición de la primera potencia militar y económica del mundo frente al problema quedó aislada, sin respaldo, porque hay una condena social a escala planetaria a las masacres de inocentes que perpetra todos los días Benjamín Netanyahu.
Fuera de los gobiernos de Sudáfrica y Brasil, las grandes potencias occidentales guardan silencio absoluto y cómplice con la matanza de niñas, niños, adolescentes, mujeres y personas ancianas. Netanyahu considera antisemitismo toda condena a sus masacres, pero nadie habla contra los semitas, sino contra un gobierno genocida, que aduce actuar para proteger su seguridad, pero el exterminio es de personas que no representan peligro alguno para el Estado de Israel, con uno de los ejércitos mejor armados del mundo y que fue lanzado contra la población civil palestina, incapaz siquiera de defenderse.
En su momento se condenó el acto terrorista de milicianos de Hamas contra población civil israelí, que ocasionó mil 200 víctimas mortales, pero ahora es condenable el terrorismo de estado, el genocidio que perpetra Israel y se recuerda que este país fue quien creó a Hamas en el 2007, para que le ganará a la Autoridad Nacional Palestina en la Franja de Gaza.
La posición de los gobiernos y los medios informativos de las potencias occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, frente al genocidio contra palestinos civiles, contrasta con su reacción frente a la muerte en prisión del opositor ruso Alexei Navalny. La condena fue unánime, como lo fue la imputación de la autoría intelectual a Putin.
De comprobarse que se trató de un homicidio político contra el opositor más conocido en occidente, deben castigarse al asesino o los asesinos materiales e intelectuales, pero esos gobiernos y “prensa” consideran más grave la muerte de un adversario del gobernante ruso, por importante que sea, que el genocidio de cerca de 20 mil niñas, niños, adolescentes, mujeres y ancianos palestinos y de otros 9 mil habitantes de la Franja de Gaza; es decir, de la invasión a un territorio vecino.
Será un hecho grave que el opositor ruso hubiera sido asesinado, pero el sentido de humanidad indica que es mucho más grave el genocidio que está perpetrando todos los días Benjamín Netanyahu en la Franja de Gaza y nada ni nadie lo detiene, aunque la opinión pública mundial exija el cese de las masacres, como lo aprobó por 13 votos a favor, una abstención y el veto de Estados Unidos, para hacer a este país corresponsable del exterminio, asesinato, de Palestinos en la Franja de Gaza.
