*El problema afecta a 23 millones de personas, y no hay fuentes de suministro.
De la redacción
(Primera parte)
La falta o insuficiencia de lluvias afecta el abasto de agua en muchos estados, regiones, ciudades del país e incluso del mundo, pero en pocos lugares el panorama es tan delicado, grave, como en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), por la crecida población afectada (23 millones de personas) y en alto riesgo de ser todavía más afectada; pero sobre todo, por no haber solución fácil y rápida para el mediano y largo plazos según análisis de “El Espectador”.
De acuerdo con un análisis de este medio, la población padece el problema, pero no ha percibido en su verdadera dimensión el panorama a futuro del servicio de agua potable en los hogares de esa región, como tampoco los escasos márgenes de maniobras que tienen las autoridades para superar el fenómeno.
La región que comparten la entidad mexiquense y la Ciudad de México padece una insuficiente dotación del vital líquido; sus cuerpos de agua superficiales se redujeron y contaminaron, las reservas subterráneas están agotándose, mientras el Sistema Cutzamala, ubicado en una tercera Cuenca, y la aportación del Lerma, que en conjunto abastecían 14 metros cúbicos por segundo, disminuyó 6 y resiente una sequía en el área de donde se captan las aguas que envía a la ZMVM.
Conagua decidió perforar pozos en el Estado de Hidalgo, pero la derrotada candidata del PRI y PAN a gobernadora de esa entidad y secretaria general del CEN el PRI, Carolina Viggiano Austria, ya anunció que se opondrá a esa medida. Por cierto, su familia paterna y materna son señaladas como caciques, acaparadores de tierras, bosques y aguas despojadas a comunidades indígenas.
En el Estado de México se agrava el problema de la depredación de bosques por cuenta de organizaciones criminales; sobre todo, en el área donde nacen arroyos, manantiales y ríos que alimentan las presas del Sistema Cutzamala, con todas las consecuencias desastrosas por la alteración de los ciclos de lluvias, la baja disponibilidad del líquido en los embalses y las dificultades para conservar las condiciones ambientales, según estudios de las autoridades y especialistas de instituciones de estudios superiores.
También hay desperdicio de grandes volúmenes por fugas en redes de distribución, en los hogares y el uso irracional, robo de agua por “piperos”, más los multimillonarios irresponsables y sin conciencia social, que construyeron ilegalmente lagos artificiales en Valle de Bravo, para practicar deportes acuáticos, que profundizan la ya crítica situación y contra quienes las autoridades no proceden.
Se configuró un sombrío escenario, justo como lo advirtió hace 40 años el luchador social y ecologista Roberto Gómez Navarrete, cuyo fallecimiento fue una gran pérdida para la lucha ambiental auténtica.
En otras entidades federativas, donde existe la problemática, hay posibilidades de recurrir a fuentes lejanas, porque sólo les falta infraestructura, y el gobierno federal, por conducto de la (CONAGUA), aporta solución con recursos presupuestales federales, como son los casos de Nuevo León, Coahuila, Durango y Jalisco, donde con 40 mil millones de pesos se superará la escasez de agua, según lo informó el propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es costosa la solución allá, pero en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), no sólo es problema de dinero, sino de falta de fuentes cercanas de agua potable. Y en esta región se asientan 23 millones de personas, más un millón en Toluca y dos municipios de su área de influencia. Ahí son más habitantes en riesgo de padecer sed que la población total de Chile y unos 5 millones más que la de Ecuador. De ese tamaño es el desafío, cuya solución será más costosa y difícil que erradicar la inseguridad pública. La dimensión del problema apenas comenzó a examinarse institucionalmente con la llegada del gobierno izquierdista.