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Coordenadas Políticas – Macario Lozano – Ucrania: Dos Años de Una Guerra Instigada por Occidente

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COORDENADAS POLÍTICAS

MACARIO LOZANO R.

DOS AÑOS DE UNA GUERRA QUE NO DEBIÓ INICIAR, PERO

QUE INSTIGARON USA, LA OTAN Y EL IRRESPONSABLE ZELENSKI

La muerte de civiles en las guerras siempre será condenable, como lo es la destrucción de infraestructura de servicios y para el desarrollo, y desde esta perspectiva, no puede considerarse buena la invasión de Rusia a Ucrania el 24 de febrero de 2022. Las consecuencias de esa guerra han sido la pérdida de vidas de soldados de ambas naciones, pero también de población civil. No obstante, el escenario de las acciones bélicas no puede compararse con las de la invasión de Israel al territorio palestino de la Franja de Gaza.

Luego de dos años del ingreso de tropas rusas a territorio ucraniano, y después de cientos de miles de millones de dólares gastados en armamento, ofensivo y defensivo, vale la pena recordar las causas de esa invasión: la estupidez de Volodimir Zelenski, quien tuvo la idea de incoporar a Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), un pacto militar que está al servicio de los Estados Unidos, lo cual le habría permitido a este país emplazar armamento nuclear en las fronteras de Ucrania con Rusia.

En primer lugar, la OTAN fue creada como un instrumento de defensa y ataque contra la entonces Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS), que busca extender su sistema socialista a naciones de Europa, Asia, África y América, especialmente a la región de América Latina y El Caribe. Al desaparecer ese conjunto de naciones socialistas y su alianza militar del Pacto de Varsovia, la OTAN perdió su razón de ser, porque el adversario ideológico dejó existir. No obstante, continuó y se expandió con la adhesión de países que integraron la URSS.

Debemos recordar que en 1973 Estados Unidos patrocinó el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, en Chile, y que internamente justificó esa decisión, que hundió en un baño de sangre y muerte, exilio, presos, torturados y desaparecidos, porque se trataba de proteger la seguridad de su territorio, cuando la nación sudamericana está a 8 mil kilómetros de la potencia militar. Razones similares expuso para invadir Iraq y Afganistán, localizados a más de 6 mil kilómetros del territorio estadounidense.

En este escenario, era claro que la posibilidad de que Estados Unidos y los países europeos. sus subordinados, pudieran instalar ojivas nucleares a un metro del territorio ruso, no la iba a permitir el gobierno de Putin, como tampoco Estados Unidos hubiera consentido que Adolfo Hitler o el Pacto de Varsovia, en su momento, emplazaran armamento de destrucción masiva en Baja California, Sonora, Chihuahua o Tamaulipas: en un escenario así, habría invadido a México por razones de seguridad de su territorio, sin importarle la soberanía y libre autodeterminación de nuestro país.

Si se desconoce lo que es la geopolítica, la geoestrategia y el concepto de seguridad de las potencias, no se entenderá el fondo de la invasión rusa a Ucrania, cuyo dirigente fue un irresponsable, al pensar que era sencillo afilarse a la OTAN, sin consecuencias. Como todos sabemos, la guerra en cuestión generó efectos negativos en la economía internacional; sobre todo, en los países europeos, por la carestía en los combustibles y alimentos, que impactó inclusive a otras regiones del mundo, la nuestra incluida.

Las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y gobiernos de naciones de Europa a Rusia han tenido efectos contraproducentes, porque no perjudicaron al sancionado, sino a la población de los países sancionadores, en una situación que sólo beneficio a la industria bélica estadounidense, que por medio del gobierno de Joe Biden vendió armamento a Ucrania a crédito, que tarde o temprano deberán pagar los contribuyentes ucranianos, cuando Zelenski esté confinado en el basurero de la historia.

De la misma forma deberán costear la reconstrucción de las regiones destruidas por una guerra que no debió estallar, pero que alentaron los Estados Unidos, sus aliados y peones de la OTAN, en su afán de debilitar y neutralizar al ejército ruso, en su geoestrategia contra China, aliada de Rusia, sin importarle la muerte de miles de soldados rusos y ucranianos y población civil.

Y ni los más prestigiados especialistas sobre temas militares se atreven a exponer sus cálculos sobre cuánto tiempo más continuarán los problemas de los ucranianos, que le están retirando su apoyo al causante de su tragedia; es decir, a Zelenski.

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